¿Qué es la supremacía constitucional?
La Constitución es la ley fundamental que rige a nuestro país, México. La Constitución también es conocida como la Ley Suprema y la Carta Magna. El principio de supremacía constitucional es fundamental para la misión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tiene la responsabilidad de salvaguardar la Constitución. La Supremacía
Constitucional es, por lo tanto, la base que sostiene el Estado de derecho.
Recientemente, la Cámara de Senadores aprobó una iniciativa de reforma que busca modificar los artículos 105 y 107 y un transitorio de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Dicha iniciativa se encuentra ahora en la Cámara de Diputados y, posteriormente, será enviada a los Congresos Locales.
Las modificaciones propuestas ignoran el derecho al amparo, así como las acciones de inconstitucionalidad y las controversias constitucionales, lo que significa que la Suprema Corte ya no podría intervenir para proteger y defender los derechos fundamentales de las personas.
Para ilustrar la gravísima implicación de esta situación, podemos compararlo con un partido de futbol: si se retirara al árbitro, nadie tendría la autoridad para calificar, evaluar y analizar si las acciones en el juego son correctas o incorrectas. Sin la supervisión adecuada, se generaría un ambiente propenso a violaciones, lo que deja a las personas
en un estado de vulnerabilidad total respecto a sus derechos humanos.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos recordó recientemente al Estado Mexicano la importancia de asegurar un debate inclusivo y participativo en torno a estas reformas, subrayando que México es parte de tratados internacionales que imponen obligaciones en materia de derechos humanos, los cuales deben ser respetadas.
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En el ámbito jurídico internacional, un grupo de juristas reconocidos a nivel mundial firmó un “Amicus Curiae”, aportando criterios que enriquecen el debate sobre la inconstitucionalidad de la reforma al Poder Judicial. Estos expertos advirtieron sobre los riesgos que estas reformas representan para la independencia judicial y el Estado de derecho.
Luis Rodríguez Alemán, en una reciente entrevista, expresó: “No dejan descansar a la Constitución ni un solo día, ni una semana”, refiriéndose al riesgo de que se deslegitimen los juicios de amparo o las acciones de inconstitucionalidad. También destacó la grave naturaleza de la irretroactividad de la ley, un principio que hasta hoy establecía que “Ninguna ley puede ser retroactiva en perjuicio de persona alguna”. Ignorar este principio puede resultar en el desecho de juicios en trámite, dejando en el aire derechos fundamentales que se habían garantizado durante años.
Hoy enfrentamos el desafío de explicar estas reformas constitucionales a la sociedad en general. La capacidad de un Estado para garantizar los derechos fundamentales es extremadamente delicada y no puede ser tomada a la ligera. Después de años de lucha, los derechos que han sido arduamente conquistados se encuentran ahora en riesgo, amenazados por decisiones que pueden ser tomadas por las mayorías en ambas Cámaras.
Hay un sentimiento de luto en el ámbito del derecho, especialmente para quienes hemos dedicado nuestra vida al estudio y reconocimiento del Estado de Derecho, la División de Poderes y los principios generales del Derecho. Estas reformas, que eliminan lo que ha sido objeto de estudio por generaciones, como el derecho al amparo, son preocupantes.
En este clima actual, el gran debate entre los tres Poderes del Estado – Legislativo, Ejecutivo y Judicial – debería enfocarse en la salvaguarda de los derechos humanos. Es fundamental discutir cómo proteger y garantizar los derechos en áreas como seguridad, salud, educación y economía para todos los ciudadanos.
Sin embargo, cada día parece que los temas se politizan y polarizan más, sin atender el fondo de las cuestiones. México necesita que todos trabajemos juntos. En una sociedad dividida todos perdemos.
¿Quién se beneficia de dividir a México? ¿A quién le sirve la polarización?
Confucio, el gran filósofo chino, dejó una enseñanza que resuena hoy más que nunca: “Si quieres conocer a una persona, dale poder.” El verdadero poder se convierte en positivo a través del trabajo, preparación y
honestidad, teniendo como fin servir y ayudar a los demás. Por otro lado, el poder obtenido de manera ilegítima y opresiva puede conducir a resultados devastadores.
El Reporte de Riesgos Globales del Fondo Monetario Internacional ha señalado la polarización como uno de los mayores desafíos que enfrentamos en el mundo.
En México, este problema está presente en todos los ámbitos, creando una división entre “los buenos” y “los malos”, lo que solo debilita a nuestra sociedad.
Lo que la sociedad reclama es paz, seguridad, y oportunidades económicas y educativas.
Nuestra resiliencia y solidaridad definen a los mexicanos, y es fundamental que nos unamos en un esfuerzo colectivo en este momento crítico.
Fuentes:
https://www.diputados.gob.mx/sia/coord/refconst_lviii/html/070.htm
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/11/5357/3.pdf
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-91932022000100379