Arrancaron los Juegos Olímpicos de Paris en su edición de 2024. Será el renacer del movimiento olímpico después de los años de pandemia; si bien Tokio tuvo sus Juegos, no lucieron tanto debido a que se retrasaron, algunos atletas no pudieron participar, no había público en las competencias y el COVID se robó todos los reflectores. En Paris las cosas prometen ser diferentes.
Quiero dedicar esta columna a los atletas mexicanos que nos representarán en la justa veraniega. Otorgarles un pequeño reconocimiento por el enorme sacrificio que hay detrás de cada una de las historias de nuestros deportistas. En un país dominado por el fútbol, los retos son todavía mayores. Es verdad que, en la mayoría de los países, el fútbol es el amo, dueño y señor en el deporte; sin embargo, en otros países, los deportistas son respetados, apoyados y cobijados sin importar su disciplina. No me refiero únicamente a los apoyos financieros, la gente es mucho más empática con los deportistas que buscan brillar en deportes menos populares, pero mucho más demandantes que el “Fút”.
Existen muchas formas de apoyar a los deportistas. Pongamos el ejemplo de Estados Unidos. Muchos se sorprenden cuando conocen el dato que México destina más dinero público en apoyo a los deportistas que nuestro vecino país del norte. La mayor parte de los apoyos provienen del sector privado. El gobierno ofrece de pocos a ningún apoyo al deporte; sin embargo, la cantidad de dinero que proviene de patrocinios, universidades (privadas) y fundaciones es inmensa. Entienden el deporte como una actividad que es capaz de generar desarrollo económico, social y cultural. En México, si no es por el gobierno, no hay manera que puedas desarrollarte como un atleta profesional cuando practicas deportes diferentes a los tradicionales. Muchos atletas deben entrar a la gestión política si quieren mantener los apoyos.
Por otro lado. Muy pocas personas conocen la burocracia deportiva en México. Sabemos que existe la CONADE (Comisión Nacional del Deporte) y el COM (Comité Olímpico Mexicano), pero no tenemos idea cómo funcionan, a qué se dedican o para qué sirven. Estamos en la creencia que son lo mismo o que ambas organizaciones dependen del gobierno. No es así. La CONADE sí es una institución que pertenece al gobierno. Es la encargada de promover el deporte en el país en todos sus niveles; por otro lado, el COM es un organismo privado no gubernamental. El COM está formado por todas las federaciones deportivas del país (todas las federaciones pertenecen a la Sociedad Civil). El COM es quien decide las reglas para participar en Juegos Olímpicos porque también los Juegos son privados (no dependen de gobierno alguno). El gran problema es cuando la CONADE quiere mandar en el COM. Es decir, que el gobierno quiere meter sus narices en movimientos que deben de estar alejados de la política. Por eso estamos viendo las diferencias entre Ana Guevara (CONADE) y muchos atletas. Guevara quiere mandar en las federaciones y estas la ignoran. Los deportistas quedan atrapados en medio.
Los mexicanos somos muy injustos con nuestros deportistas. Tenemos a varios jóvenes, sobre todo mujeres en el top 15 del mundo en sus respectivas disciplinas. Nos sentimos defraudados con ellos cuando no ganan una medalla. No reparamos en la idea que ser de los 15 mejores del mundo no es cualquier cosa. No importa a que te dediques en la vida. Alcanzar ese tipo de lugares no es para cualquiera. Detrás de ellos hay determinación, disciplina, sangre, sudor, talento, esfuerzo, etc. Un quinto o sexto lugar en unos Juegos Olímpicos lo consideramos como perdedores. No se entiende que es un esfuerzo individual. No hay a quien culpar si se equivocan. El resultado, para bien o para mal, es exclusivamente del atleta. Sus marcas los llevaron ahí; no el criterio subjetivo de algún seleccionador.
Un reconocimiento especial es también para los entrenadores. Ellos tienen menos apoyos que los atletas. Muchas veces son ignorados y no se les toma en cuenta. Los entrenadores son parte fundamental del desarrollo deportivo de este país. Poco se habla de ellos. Conocemos los nombres de los directores técnicos o de managers, pero no tenemos idea que en México existen de los mejores entrenadores del mundo en muchas disciplinas. No reconocemos el talento que vive entre nosotros.
Mención especial para nuestras atletas. En esta edición, ellas son mayoría. Consiguieron más boletos que los varones. Es doblemente complicado para ellas y lo lograron. El deporte femenil está ante los mayores retos de la historia. Algunas de ellas están compitiendo en condiciones de desigualdad física por las nuevas ideologías de género; sin embargo, están demostrando que su lugar está más firme que nunca.
Desde aquí les deseamos todo el éxito del mundo a nuestros deportistas. Ojalá traigan medallas; si no lo hacen, debemos apoyarlos todavía más. Estar entre los mejores del mundo no es poca cosa. Nosotros no estaremos ni cerca de eso. Ellos lo lograron. Son unos ganadores. En un país tan poco acostumbrado al éxito deberíamos aprender más de ellos.
¿Usted qué opina? ¿Qué deporte prefiere en los Olímpicos?