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Sinaloa, el corazón agrícola y ganadero de México, enfrenta una triple amenaza: aranceles a la exportación de tomate, el cierre de fronteras al ganado por el...

Analista y columnista Línea Directa.
Juan Ordorica. | Analista y columnista Línea Directa.

Sinaloa, el corazón agrícola y ganadero de México, enfrenta una triple amenaza: aranceles a la exportación de tomate, el cierre de fronteras al ganado por el gusano barrenador y una crisis económica agravada por la violencia. Estas crisis podrían paralizar la economía del estado, afectando a productores, trabajadores y comunidades enteras.

Sinaloa produce el 41.5 % del tomate mexicano exportado, que en 2024 alcanzó 712,013 toneladas, generando cerca de 1,080 millones de dólares para el estado dentro de los 2,600 millones de dólares nacionales por exportaciones de tomate. Un arancel del 20.91 %, anunciado por Estados Unidos para julio de 2025, podría reducir los ingresos de Sinaloa en aproximadamente 225 millones de dólares anuales, considerando su cuota en las exportaciones.

Este recorte afectaría a 950,000 empleos directos e indirectos en el país, de los cuales Sinaloa concentra una parte importante, con más de 400,000 trabajadores agrícolas en riesgo de perder ingresos o empleos. La Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (Caades) advierte que la siembra de tomate podría reducirse significativamente, impactando la mano de obra local y el comercio en ciudades como Culiacán, donde los negocios dependen de la actividad agrícola. Además, si los productores intentan vender en el mercado interno, una sobreoferta podría derrumbar los precios, agravando las pérdidas.

El cierre de la frontera estadounidense al ganado mexicano, anunciado el 11 de mayo de 2025 por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos debido al gusano barrenador, amenaza a la ganadería sinaloense. Sinaloa exporta miles de cabezas de ganado al año, con un valor estimado de 150 millones de dólares en 2024. La suspensión de estas exportaciones podría generar pérdidas de hasta 120 millones de dólares anuales si el cierre persiste, según estimaciones basadas en casos similares en otros estados.

En Tamaulipas, el precio por kilo de ganado ha caído hasta 40 pesos por cierres similares, y en Sinaloa se espera una reducción comparable, afectando a ganaderos, transportistas y trabajadores de mataderos. Mantener el ganado sin vender eleva los costos de alimentación, mientras que venderlo localmente a precios bajos reduce márgenes de ganancia. Aproximadamente 50,000 empleos en el sector ganadero de Sinaloa, desde vaqueros hasta procesadores, podrían enfrentar recortes o inestabilidad. Aunque Sinaloa reporta estar libre del gusano barrenador, las restricciones generales castigan al estado, subrayando la urgencia de reforzar medidas sanitarias como la liberación de moscas estériles.

La violencia en Sinaloa, intensificada desde septiembre de 2024 por enfrentamientos entre facciones de la delincuencia, ha generado un impacto económico devastador. Según la Coparmex, las pérdidas económicas superan los 30,000 millones de pesos (1,500 millones de dólares) hasta abril de 2025. En los últimos siete meses, se han perdido 2,300 empleos formales y 14,000 en el último año, según el IMSS, mientras que el cierre de negocios en sectores como el comercio y la hostelería ha sido masivo.

La crisis ha dejado 1,090 asesinatos, 1,239 desapariciones y 4,114 vehículos robados, generando miedo e incertidumbre que han paralizado el turismo y el consumo local. Por ejemplo, restaurantes y hoteles en Mazatlán reportan caídas de hasta 60 % en sus ingresos. La inversión privada se ha reducido, y las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan cierres por extorsión o inseguridad. Esta situación, combinada con las pérdidas agrícolas y ganaderas, podría reducir el PIB estatal, estimado en 19,800 millones de dólares, en un 1-4 % en 2025.

En total, Sinaloa podría perder más de 1,845 millones de dólares anuales: 225 millones por aranceles al tomate, 120 millones por el cierre ganadero y 1,500 millones por la violencia. Esto representa cerca del 9 % de su PIB, amenazando con una recesión local. El desempleo podría afectar a más de 450,000 personas, y el comercio local en ciudades como Los Mochis o Culiacán se vería severamente debilitado.

Sin embargo, hay esperanza. Negociar un nuevo Acuerdo de Suspensión para el tomate, como los firmados en las últimas tres décadas, podría evitar los aranceles. Fortalecer la vigilancia sanitaria contra el gusano barrenador y demostrar que Sinaloa está libre de la plaga puede reabrir la frontera al ganado. Para la violencia, urge una estrategia integral que combine seguridad, inversión social y reactivación económica, como incentivos a pymes y promoción turística.

Sinaloa ha enfrentado retos antes y ha salido adelante. Con unidad entre productores, gobierno y sociedad, y una diplomacia firme con Estados Unidos, el estado puede superar esta crisis. Sin acción inmediata, el “granero de México” arriesga perder su brillo, pero con esfuerzo conjunto, puede recuperar su fuerza y proteger a sus trabajadores, campos y comunidades.

¿O usted qué opina, amable lector? ¿Qué crisis nos hace falta?

Fuente: Internet

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Juan Ordorica

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