Son cinco meses de esta administración municipal y muchos más los escándalos que se han suscitado, varios de ellos absolutamente evitables con una mejor visión y trabajo de quienes en sus manos tienen el manejo político del gobierno, el secretario de la comuna, José Luis Guerrero, y una actitud más tolerante y serena de la alcaldesa Aurelia Leal.
Tampoco pequemos de ingenuos. No se puede descartar que parte de esas grescas hayan sido inducidas por enemigos políticos de la alcaldesa, pero que también con inteligencia pudieron desactivarse antes de que explotaran.
Es necesario que la alcaldesa dé, ahora sí, un fuerte manotazo en la mesa y tome decisiones que podrán ser dolorosas, pero que a la vez son impostergables.
Aurelia Leal tiene su carácter y en ocasiones responde impulsivamente, como lo hizo en más de tres décadas en la oposición cuando a su juicio de cometía una arbitrariedad. Pocos son en su círculo cercano los que se atreven a decirle las cosas y a hacerle sugerencias, o bien si las recibe ella no les hace caso.
Hay funcionarios que están trabajando excelente, incluso yendo más allá de lo que se les pediría con los escasos recursos que manejan, pero hay también traidores, que no piensan en el gobierno como equipo, sino están desbocados con miras al 2021 y compiten unos a otros sin importarles dañar a la presidenta municipal.
Es cierto que hay funcionarios metidos exclusivamente en su trabajo, como los titulares de Obras Públicas y Desarrollo Social, Mauricio López Parra y Gerardo Peñuelas, por citar solo dos casos de quienes tendrían sus derechos a salvo para cuestiones políticas por su calidad de locales.
Hay otros como el Tesorero Municipal, Joel Quintero Castañeda, y el coordinador de asesores, Felipe Manzanares, que trabajan bien y cuando menos en lo personal no tendrían aspiraciones en la política local por ser de otros municipios, lo que podría ser un factor a favor para considerarlos como de alta confiabilidad.
Creo que debe iniciar un periodo de mucha reflexión de la alcaldesa, con alta serenidad, para que se puedan tomar decisiones firmes y convenientes.
Deben entender que será muy difícil gobernar en medio de distractores como ha sucedido en estos 151 de los 1 mil 096 días que tendrá este gobierno, y que han opacado algunas de las cosas buenas que se han hecho.
No es poca cosa. Se ha recorrido ya el 14 porciento de esta administración sin que se sienten bases firmes para gobernar con serenidad.
Aurelia Leal tiene toda la intención de hacer un buen gobierno, y cuenta con las condiciones para lograrlo, como un gobernador dispuesto a respaldar su labor, un congreso local con mayoría del partido que la llevó a ganar la elección, mayoría en el congreso federal y en el Senado de la República.
Además, funcionarios federales de primer nivel, y legisladores de gran influencia, como es el caso del diputado Alfonso Ramírez Cuellar, presidente de la comisión de Presupuesto, llevan desde hace muchos años una buena relación con la alcaldesa, lo que le facilitaría diversas gestiones de obras.
La situación es que se serenan todos, ubica a los traidores y los despide, frena a los desbocados que ya andan en campaña para el 2021, logra un clima más relajado con los críticos del gobierno municipal, o se van a pasar peleando y envueltos en escándalos lo que resta de gobierno que no rebasaría la calificación de mediocre.
Están a muy buen tiempo.