Con una guerra mundial en ciernes, bombardeos en Ucrania y Rusia amenazando con el invierno nuclear, México se las ingenió para convertirse en vergüenza mundial debido a los sucesos ocurridos en la ciudad de Querétaro (el supuesto primer mundo mexicano). Un partido pietero/molero entre Atlas de Guadalajara y Gallos del Querétaro terminó en nota internacional mostrando lo peor de nuestra barbarie en una batalla campañal entre las porras/barras de los equipos en cuestión.
En medio del partido, una muchedumbre saltó a la cancha en busca de protección huyendo de la tragedia que después veríamos en decenas de videos e imágenes que retrataban lo más podrido de la miseria humana. Las redes sociales se inundaron con contenido inimaginables en pleno XXI. E
Con el sadismo propio de películas de genero Gore más visceral y gráfico, fuimos testigos de un grupo de ¿seres humanos? (tenemos que llamarlos así ya que la biología todavía no hace valida una sub especie más acorde a esos individuos) descargando sus más bajos instintos en forma de ira, patadas, puñetazos, piedras en la cabeza y cuanta herramienta encontraban a su paso para infringir daño. No se conformaron con golpear al enemigo, su misión era destruir el cuerpo frente al suyo. Ni los documentales de National Gepgraphic muestran esos niveles de saña en manadas que cazan a sus presas. Las escenas que ayer vimos son superiores en carnicería a cualquier película de Hollywood.
La maldad no se redujo a golpizas brutales Llama la atención una constante en los cuerpos violentados durante la refriega: La enorme mayoría de las personas golpeadas inmisericordemente se encontraban desnudas. Parecía que los criminales tenían una fijación colectiva por despojar de sus ropas a los rivales. Seguramente algún psicólogo tendrá una explicación más acorde a este fenómeno, pero era evidente el desenfreno de os violentos por arrancar a como diera lugar la ropa a quienes golpeaban. Después de la golpiza, se puede ver en los videos, la banda de desgraciados se burlaba de la desnudez de sus víctimas bañadas en sangre. El triunfo de su miseria fue medida por el grado de desnudo del rival. La golpiza era insuficiente si no venía acompañada de un despojo sin ropas yaciendo en el piso.
La barbarie de los subnormales es de por sí una tragedia que nos pone en evidencia que el México bárbaro está muy lejos de desaparecer; sin embargo, una tragedia superior es la barbarie de las autoridades. Algunas fuentes noticiosas señalan hasta 17 muertos, el gobierno de Querétaro dice que no hay fallecidos registrados; únicamente personas “lesionadas”. Como siempre, este país nunca sabrá la verdad de los saldos de las tragedias. Cada mexicano tendrá su propia verdad. Cada persona tendrá su propia versión. Después de ver las imagen y videos de lo ocurrido en Querétaro, solo un milagro de proporciones extraordinarias impediría la muerte de las personas que recibieron semejantes traumatismos.
Los ineptos directivos de la Liga Pitera MX son otra forma de barbaros: refinados e indolentes. No tuvieron la mínima decencia de suspender el resto de la jornada sabatina. Reaccionaron tarde. Suspendieron el resto de los partidos del domingo cuando se dieron cuenta de la avalancha de críticas de unas encendidas redes sociales.
El presidente de la liga pitera, el fallido candidato del PRI a la CDMX en el 2018, Mikel Arreola, no se trasladó a Querétaro el mismo sábado; espero hasta el domingo para presentarse en el lugar y dar la cara a la ciudad, prensa y autoridades.
El futbol es un deporte, un juego; sin embargo, también es una industria multimillonaria que demuestra estar muy lejos de regresar a sus consumidores calidad por el precio que paga. Podrían argumentar que los hechos violentos es algo más complejo que los rebasa, pero la misma Liga es quien promueve estos grupos de criminales disfrazados de barras. No se puede generalizar, sin duda hay “barristas buenos”, por desgracia a estructura de esas agrupaciones, al igual que los dirigentes de la liga, están podridos hasta la medula.
Ayer vivimos en México la danza de la barbarie. Los barbaros danzando en la tribuna, los barbaros de la liga promoviendo la danza y los barbaros en los gobiernos dando facilidades a la danza. La vergüenza debería de ser de todos. Por desgracia esto terminará con unas cuantas personas en la cárcel, pero los verdaderos culpables seguirán cobrando sus cheques. A ellos no los va a desnudar nadie.
¿Usted que opina amable lector? ¿Qué tan lejos estamos de ser un país sin violencia?