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Salud mental: el otro rostro de la violencia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar que permite a las personas hacer frente a los momentos...

Araceli Tirado
Foto: Cortesía | Araceli Tirado, profesora e investigadora

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente, y contribuir a la mejora de su comunidad”.

La salud mental tiene un impacto crucial en áreas como la economía, la productividad escolar y laboral, el crecimiento económico y la cohesión social. En contextos de inseguridad, incertidumbre y violencia, las emociones de las personas se ven profundamente afectadas por lo que escuchan, leen en los medios, ven en redes sociales y comentan en su entorno cercano.

En Culiacán y en varios municipios de Sinaloa, la violencia y la inseguridad han persistido por casi cinco meses de manera continua. Estas situaciones están generando una crisis grave de salud mental en la población, y cada día que pasa agrava más el panorama.

Síntomas de una sociedad en crisis

El estrés postraumático, la ansiedad, la depresión y la angustia, son síntomas comunes en este contexto. Como sociedad, hemos tenido que adaptarnos a esta realidad, dejando de realizar actividades recreativas al aire libre, con una notable pérdida de libertad y luto en diversos aspectos de nuestra vida cotidiana.

Pensamientos negativos, pérdida de esperanza, sensación de falta de control, el duelo por seres queridos y tragedias diarias que afectan a niñas, niños, adolescentes y adultos, ha provocado impactos significativos en la salud mental y emocional. A esto se suma una desmotivación generalizada, miedo constante y una falta de confianza en las autoridades, las instituciones, e incluso en las personas cercanas.

Vivir en “modo alerta” se ha convertido en la norma. Revisar las noticias antes del clima al despertar es ahora un hábito para evaluar la seguridad antes de salir a las calles. Volver a casa antes de que oscurezca es una especie de toque de queda autoimpuesto para protegernos.

La salud mental como derecho humano

Según el profesor Rogelio Flores, de la Universidad Nacional Autónoma de México, los impactos en la salud mental en contextos de violencia no se limitan a las víctimas directas, sino que también afecta a quienes son testigos o se enteran de los hechos a través de terceros o los medios de comunicación.

Muchas personas comparan esta situación con el encierro y el miedo vivido durante la pandemia de covid-19. La salud mental, sin duda, es un derecho humano fundamental y prioritario. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2023, casi uno de cada cinco sinaloenses mayores de 20 años -es decir, el 19 %. presentaba síntomas de depresión. Dada la prolongación de la violencia, es probable que esta cifra aumente en los próximos años, afectando no solo a los jóvenes, sino también a niños, niñas, mujeres y hombres de todas las edades.

Un llamado a priorizar la salud mental

La constante angustia de padres y madres al salir a trabajar, o de estudiantes al acudir a sus escuelas, se refleja en frases como “que mis papás regresen con bien del trabajo” o “que mis hijos vuelvan a salvo de la escuela”. Niñas y niños escuchan conversaciones en sus hogares y escuelas sobre violencia, desapariciones, robos y asesinatos, e incluso han tenido la desgracia de presenciarlos. Esto impacta su salud mental y emocional, a menudo con consecuencias físicas.

La sociedad sinaloense está cansada de la violencia, la inseguridad y la pérdida de libertad. Las consecuencias van más allá del miedo; afectan el desarrollo personal, el rendimiento académico y la autoestima, especialmente entre los jóvenes.

Uno de los retos prioritarios para los tres órdenes de gobierno es destinar mayores recursos a la atención de la salud mental de la población. Sin embargo, en 2025, el presupuesto de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones tendrá una reducción del 15.2 % respecto a 2024. Esto contrasta con las recomendaciones de la OMS, que sugiere destinar al menos el 5 % del presupuesto de salud a este rubro; en México, apenas alcanza el 1.3 %.

Fortalecer la empatía y la acción conjunta

Que esta situación sirva como un precedente para que los gobiernos, las instituciones educativas, las empresas y la sociedad en general prioricen la salud mental. Es necesario desarrollar estrategias que promuevan su cuidado en todos los entornos.

Como sociedad debemos fortalecer nuestra empatía y colaboración para apoyar a quienes lo necesiten, reconstruyendo juntos un tejido social que permita recuperar la paz y tranquilidad en Culiacán y Sinaloa.

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Araceli Tirado

Araceli Tirado

Columnista

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