Durante toda la campaña regular la afición de Culiacán no quiso jugar con su suerte. Ante la ola de violencia que empezó en septiembre y que convirtió a la ciudad en un campo de batalla, los fanáticos optaron –con toda razón- por seguir las incidencias el circuito invernal mexicano por diferentes plataformas. Las ausencias fueron tan notorias en una plaza que, desde años atrás, se ha convertido en la de mayor afluencia en un juego de béisbol profesional.
Pero los índices de violencia se redujeron en un alto porcentaje al cierre del año, lo que generó mayor confianza y certeza a los seguidores del conjunto Guinda. En la última serie del calendario regular –con todo y quema de boletos- y el arranque del playoff, la vida deportiva parece haber vuelto a la normalidad.
Y esperemos que así sea.
El estadio, para muchos todavía Ángel Flores, para otros Nación Guinda y unos más solo el inmueble, volvió a cobijar en gran número a toda esa afición ávida del espectáculo y único entretenimiento familiar en el invierno.
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La serie contra los Cañeros de Los Mochis, esa que bajó el telón de la segunda vuelta para darle paso a la postemporada, lució pletórica, muy aparte de los importantes triunfos sobre unos verdes que figuran entre los cuatro principales favoritos al campeonato.
Los sensores del estadio registraron un total de 53,144 aficionados que ingresaron al parque de pelota en los tres encuentros (18,323 en el último), le volvió a dar vida y colorido al recinto beisbolero. Se recuperó esa buena vibra y entusiasmo, que muchos esperemos no vuelva a ausentarse.
El béisbol recuperó pues, a su principal consumidor.
VENTAJA. Los Tomateros le dieron a esa noble afición como premio un par de victorias sobre Mazatlán, asegurando con ello que, en caso de conseguir par de triunfos en el puerto, la serie regrese el próximo miércoles con un sexto juego.
Los Venados dieron pelea al abrir el playoff. Cayeron 2-3 con aquel cuadrangular de Efrén Navarro en la última entrada. Pero al siguiente día el equipo fue muy vulnerable, justificando allí la razón por la que entró en último lugar entre los invitados a la fiesta de enero.
Y mientras los Guindas tienen ese colchón de dos triunfos, las tres series restantes se empataron 1-1. Los Algodoneros, zarandeados el miércoles, fueron la otra cara de la moneda al día siguiente; Charros volvió a batear, pero ahora más oportuno, y derrotó a Mexicali, mientras que el campeón vigente Hermosillo volvió a sufrir, pero ahora para ganar por la mínima a unos Yaquis que los sorprendieron en la apertura de la serie.