Antes de comenzar es importante aclarar que estoy enterado perfectamente que la palabra correcta es pinché; no pinchi. Sin embargo, en nuestro regionalismo, la palabra pinchi está más arraigada y es mucho más chida (ya sé que sé dice chila). Además, pinchi es más pinché que pinché. Después de este análisis profundo de la etimología pinchurrienta (también sé que se dice pichurriento) es hora de pasar a defenestrar al INE.
¡Pinchi INE! ¿Qué se cree? Los mexicanos estábamos mejor antes de su existencia. Éramos libres. No teníamos un orden electoral. El buen gobierno se encargaba de la pachanga completa. Los ciudadanía participaba en la preciosa experiencia de las votaciones mexicanas. Nadie se aburría jugando al ratón loco, al embarazo de urnas, rasura el padrón, engorda al mapachito y el siempre bienvenido día del muerto votante.
Una bola de aguafiestas decidió hacerse cargo de la fiesta y quitar al gobierno del control del divertimento. Pinchi INE. Caíste en manos de una bola de aburridones. El pueblo bueno quiere que papá gobierno nos regrese nuestros juegos.
El pichurriento INE igualó las condiciones de la competencia electoral. La democracia mexicana era mucho mejor cuando un partido controlaba al gobierno y las votaciones. No te necesitamos maldito INE. Nosotros estamos convencidos que el presidente y sus inteligentes miniones pueden idear maneras más interesantes de controlar las elecciones. Que mejor manera que someter a elecciones a los árbitros de los juegos. ¿Se imaginan que los aficionados pudiéramos escoger quienes son los Umpires, Árbitros y Refeeres en nuestros deportes favoritos? . La propuesta del presidente es hermosa: dejar en manos de sus seguidores quienes van a controlar las urnas sin tomar en cuenta las voces opositoras.
Los consejeros del INE son bien pinchis. Cobran mucho dinero y hay muchos “INES” estatales. Llegó la hora de demostrar a esos estados provincianos que los chilangos merecen organizar las elecciones desde Palacio Nacional o cualquier sede alterna que incluya la nueva ley electoral. Hay que ahorrarnos unos pesos en nuestra democracia y hay que ahorrar unos pesos más en evitar que las entidades federativas puedan sentirse libres. Urgen las procesiones de políticos para negociar los resultados electorales a la CDMX. El Besamanos no es lo mismo por watsup. Es necesario el contacto físico, cálido y directo que caracteriza a la CDMX.
¿Qué me dicen de esa tontería llamada credencial de elector? Es muy pinchi que la gente no pueda usar ninguna otra identificación para emitir su voto. El INE tiene que aceptar cualquier identificación emitida por el gobierno para poder participar en las urnas. Nada puede salir mal dejando que el gobierno emita identificaciones para ciudadanos comprometidos con su obligación democrática.
Los políticos y gobiernos serían incapaces de regalar identificaciones para hacer mal uso de ellas. Urge ahorrarnos esos pesos de las credenciales para aumentar los programas sociales. Los siervos de la nación están prestos para apoyar con esos trámites. Ya entrados en gastos, también están listos para acompañarnos amablemente a emitir nuestro voto y tachar la boleta por nosotros para evitarnos la fatiga. Es más, de una vez que se identifiquen como nosotros y voten en nuestro lugar. Así nos evitamos la fatiga de desperdiciar un domingo en las filas de las casillas.
Siguiendo con los cambios. Es tiempo de desaparecer a los diputados plurinominales. No tiene caso que unos cuantos agraciados lleguen a los cargos sin sudar. Se terminaron los poquitos diputados de regalo. Es momento que todos los diputados sean plurinominales y todos sean de regalo. La propuesta de ley electoral hace justicia al pueblo. Dejaremos de ver propaganda de cientos de candidatos y nos enfocaremos en 32 listas estatales. La gente votará por el partido y nos quitaremos de esas cosas raras y neoliberales del voto cruzado. Todos los votos serán parejos. Un voto para el partido será un voto para todos los diputados de la lista. Bendita reforma electoral.
El INE, los consejeros y los tribunales electorales son pinchis. Que nadie le diga lo contrario. Si el gobierno está molesto con las autoridades electorales es lógico pensar que el gobierno tiene la razón. El gobierno nunca se equivoca. Esos del INE solo quieren ver fracasar al gobierno. La democracia es lo que dice el presidente y nada más. Pinchi INE enfadoso.
¿Usted qué opina amable lector? ¿Le damos una patada a las autoridades electorales o nos quedamos con el Pinchi INE?