Repetir una mentira mil veces, hasta convertirla en verdad.
El propagandista de Adolf Hitler, Joseph Goebbels, decía que una mentira repetida mucha veces, llega a convertirse en verdad. Esas técnicas de comunicación usadas por el fascismo, son las mismas que hoy utilizan algunos seudoperiodistas tanto locales como nacionales. Las usaron en el proceso de ascenso de Hitler al poder y durante su gobierno.
Repiten mentiras haciendo esfuerzos para influir en la sociedad. De este modo, el político o la figura pública debe estar preparada para adecuar, deformar e incluso crear conscientemente versiones distorsionadas de los hechos y transmitirlos posteriormente a una audiencia que, si bien podía resistirse a su aceptación, terminaba cediendo — decía Goebbels — con la repetición de la mentira.
El terreno político es sin duda un ámbito donde la sociedad puede ver reflejada de manera franca y común el ejercicio de la deshonestidad, pero también lo puede ser el mundo de las finanzas, deportivo, y otros ámbitos.
El Gobernador del Estado de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, lo ha dicho hasta el cansancio que estuvo en EUA, el día 25 de julio de este año, y hasta un periódico local realizó una investigación comprobano que si es verdad lo que nuestro gobernador ha dicho. Consultaron con el nombre y número de su pasaporte en el sitio web del Departaento de Seguridad Nacional de EUA, que el gobernador de Sinaloa si solicitó permiso para entrar a EUA. Fue nota periodística del día 26 de octubre de 2024.
Los adversarios de MORENA no se esperan al 2027 para volver a competir por la gubernatura. Están desesperados y no ocultan su verdadera intención. Lo que no consiguieron en las urnas, lo quieren obtener con descalificaciones y con un golpe de suerte. Se les olvida que nada sustituye al trabajo diario de base. Y si no, al tiempo.
Es lamentable que exista el periodismo-mercenario. Un periodismo que se nutre de la especulación, la mentira y la politización de la violencia que se vive hoy en Sinaloa y otras regiones del País, como lo dice el maestro universitario, José Manuel Villanueva.
El periodista-mercenario no informa. La objetividad de los hechos no le importa. Cobra por mentir. Es su tarea sembrar en las audiencias que lo leen, ven o escuchan una falsa percepción de los hechos para confundir. Mentir es su profesión.