Benjamín Gil es el manager del momento en la pelota mexicana. Comenzó a escribir una exitosa historia desde que la organización Guinda y su entonces presidente Juan Manuel Ley le dio la oportunidad en la temporada 2014-15. Tuvo un debut de ensueño, conduciendo al equipo a la conquista de su décimo título y que borró el mismo número de años de completa sequía.
Y no solamente eso: cuando tomó al conjunto, éste no llegaba a una final desde el 2004, batalla que le ganaron a los Yaquis de Ciudad Obregón, escuadra que arrastraba también varios años (21, para ser más exactos) de haber conseguido su último gallardete y por ende haber disputado su última serie titular.
Con Tomateros, Gil irrumpió en una nueva posición dentro del béisbol para convertirse en el segundo timonel que más campeonatos le ha dado a una sola organización. El tijuanense llevó a lo más alto cuatro veces a los Guindas, y se pudo haber colocado a uno de igualar a “Paquín” Estrada, quien hizo seis veces campeones a este mismo club.
Pero con todos esos laureles, hay algo que en diez años se le ha negado al vanagloriado manager: un campeonato de Serie del Caribe. Lo intentó infructuosamente en los cuatro años que llevó a Culiacán a la también llamada Serie Mundial Latinoamericana. Acaso, ¿no hay quinto malo?
Esa nueva aventura y oportunidad la tendrá a partir de este viernes con los Charros de Jalisco, en Mexicali. De conseguirlo, será apenas el tercer piloto en la Liga Mexicana del Pacífico en triunfar en terreno propio, después de que Juan José Pacho coronó a los Venados en Mazatlán (2005) y Eddie Díaz a los de Yaquis de Ciudad Obregón en Hermosillo (2013).
EQUIPO. Gil y la Liga armaron un conjunto que en el papel luce muy competitivo con las incorporaciones como refuerzos. Bueno, al menos esa es una frase trillada y que cada año se aplica al representativo mexicano que en el 2002, precisamente con Culiacán como referente, borró aquella película de que México solamente era campeón del Caribe cada 10 años (1976, Naranjeros; 1986, Águilas), y 1996, Tomateros).
A su rotación de picheo abridor le incorporaron a David Reyes, que jugó para los emplumados y que reforzó a los Guindas. El mochitense podría ser el encargado de abrir el juego el viernes o tal vez el sábado, recordando que su brazo llegará con el suficiente descanso.
Benjamín pidió el brazo de David Gutiérrez, que hizo estupendos relevos con los Guindas, y también a Stephen Nogosek para tener un par de cerradores que le podrían garantizar la preservación de una mínima ventaja en los últimos innings.
Sumaron un receptor más en Alexis Wilson que jugó con Guasave en calidad de préstamo proveniente de los Tomateros, y agregaron al campeón bateador Jason Atondo (Hermosillo), así como a los outfielders José Cardona y Rudy Martin.
Como siempre, existen muchas ausencias del equipo original, de aquellos guerreros que se la partieron para llegar a lo más alto. Pero así se estila esto.