¿En serio, la victoria de México sobre Panamá y la conquista de la Copa de Oro era motivo para festejar? ¿En realidad debemos lanzar las campanas al vuelo por esta “hazaña” de la selección Nacional? ¿En serio era obligada la concentración en el “Angel” después del triunfo? Con qué poco nos conformamos.
Los torneos de Concacaf siguen careciendo de nivel y la competencia es bastante pobre. Ganar ese certamen no marca ninguna diferencia, porque seguimos contando con un balompié mediocre. Hasta los mismos equipos del área nos han exhibido de tal forma que no podemos considerarnos el “Gigante de Concacaf” como muchos analistas quieren hacernos creer.
La selección derrotó a una escuadra de Panamá que venía de sorprender a Estados Unidos, cuyo equipo ha sido el “coco” de los aztecas. Sin embargo, eso no lo hacía difícil ni poderoso. El verdadero sinodal para México eran los gringos, pero la final que muchos esperaban no se dio.
Panamá y sus deficiencias hicieron ver mal al tricolor, hay que aceptarlo. No es posible que el triunfo se haya conseguido con dificultad, por la mínima diferencia y con un gol casi sobre el final, cuando todo parecía indicar que se extendía a los tiempos extras, que hubiese sido el colmo.
Pese al triunfo, México se llevó más críticas que otra cosa. Y hubo analistas como el caso de David Faitelson, quien se fue a la yugular del equipo y directivos, como el señalar que no era nadie para calificar al aficionado mexicano, pero que en su opinión el festejar una Copa Oro de tan bajo nivel era en exceso.
También escribió, y estoy de acuerdo con él, que no se debe caer en el triunfalismo, porque la Copa de Oro no alivia la crisis que vive el futbol mexicano, rematando con otro dardo envenenado al señalar que festejar en el “Angel” este título solo confirma que el futbol azteca ha caído mucho.
La mediocridad del área en el que geográficamente está México solo produce más mediocridad. De los competidores México es el mejor sembrado en el ranking de FIFA (14) por arriba de Estados Unidos (16). Eso lo obliga a ganar todas las competencias, pero repito, tampoco son como para creernos que somos muy poderosos, muy fuertes, porque el nivel sigue siendo muy bajo.
Panamá ocupa el lugar 57 en el ranking, pero otros participantes están todavía más lejanos, como El Salvador (76), Haití (81), Guatemala (116), etc.
Las Copas del Mundo son los verdaderos termómetros, y allí, México solamente ha llegado para formar parte de los invitados “sin ningún derecho” a llegar más allá de una primera ronda cuando el evento es fuera de nuestro país.