Los Diamondbacks de Arizona sorprendieron a propios y extraños después de su agónico pase a la postemporada. Nadie daba un cacahuate por ellos después de aquel desplome tan dramático que tuvieron al cruzar la línea del Juego de Estrellas, cuando teniendo una interesante ventaja como líder de su zona terminaron abismalmente a 16 juegos de los Dodgers en ese cambio de estafeta en la cima.
Ahora están en una posición envidiable. Llegaron a la Serie Mundial contra todos los pronósticos y superando a unos Filis de Filadelfia que únicamente hicieron limpiar el camino y dejaron a un lado a novenas fuertes como los mismos Bravos, cuya escuadra estuvo etiquetada como gran favorita para ser un invitado al clásico de otoño luego del gran “temporadón” como máximo ganador de todas las mayores.
Filadelfia se convirtió en el equipo a vencer de la Liga Nacional tras la caída de Dodgers y Atlanta, que en el papel lucían como los más idóneos para pelear la final de ese circuito. Su poderosa artillería encabezada por Bryce Harper y un pitcheo abridor con mucha profundidad, los colocaban en inmejorable posición para cristalizar ese sueño que se les negó un año antes cuando perdieron la Serie Mundial ante los Astros de Houston.
Pero Arizona junto con los Rangers, los próximos protagonistas de la Serie Mundial, cimbraron a las casas de apuesta con sus resultados. Texas, que se encargó de liquidar a los Astros en su propia casa, también rompió con todas las quinielas y apuestas, incluyendo la de Jim “Matress Mack”, un empresario de 71 años que se volvió tendencia en las redes sociales y el beisbol por sus temerarios desafíos arriesgando fuertes cantidades de dinero. Jim puso sobre la mesa esta vez 10 millones de dólares a que los Astros de Houston ganaban el clásico.
La Serie Mundial será un choque entre dos novenas que clasificaron bajo el beneficio de comodín, que tampoco los hace menos. Su mayor virtud fue enfrentar al tú por tú con los supuestos más poderosos en el papel y en la nómina. Ahora la recompensa será un campeonato que ni por asomo estuvo entre los amplios conocedores antes del arranque de campaña.
En Texas será una fiesta mayúscula ampliamente anhelada. Su afición sigue soñando con ese título para borrar el nombre de la franquicia que aparece en una pequeña lista de seis equipos que nunca han levantado ese trofeo.
Torey Lovullo, que recibió la estafeta de los Diamondbacks un 4 de noviembre de 2016, ha hecho de este grupo una máquina diferente de aquella segunda vuelta que resultó para el olvido, y ahora está muy cerca de ganar un campeonato que haría olvidar las pésimas campañas en la que su equipo obtuvo récords negativos con triple dígito en derrotas.
Tenemos pues, una Serie Mundial inédita, en la que señalar un favorito no es para nada conveniente.
¿EMIGRAN? Mucho se está hablando en las redes sociales de que los Yaquis de Ciudad Obregón estarían jugando su última temporada en suelo sonorense. Se escuchan voces, incluso desde el interior del club, que la organización se trasladaría con todo y chivas a otra plaza ante los serios problemas económicos en que está sumergido, por un lado, la presión del ayuntamiento local por un supuesto adeudo de más de 70 millones de pesos entre impuestos y uso del estadio, y por otro, las pésimas asistencias al inmueble en las últimas cinco temporadas.
La Liga Mexicana del Pacífico no se identifica por ese tipo de movimientos, como suele suceder de manera muy común con su homóloga de verano. Pero cuando el río suena, es porque algo lleva o arrastra.
Se dice que Chihuahua, La Paz y Tucson levantan la mano para albergar a esa franquicia. Esperemos a ver qué sucede.