Los Juicios de Nuremberg fue un proceso que le hicieron las naciones aliadas a los Jerarcas Nazis por su responsabilidad en las crímenes y abusos contra la humanidad, antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Dos años antes, esos jerarcas juzgados parecían omnipotentes y omnipresentes, en 1942, todavía se sentían todo poderosos y sus colaboradores les endulzaban el oído con operas de victorias.
Pero cometieron errores, sobre todo de confianza y arrogancia y años después terminaron en un tribunal mundial, ahí mismo, en la misma ciudad donde los Nazis celebraban las grandes reuniones de su partido: Nuremberg.
En medio de esta pandemia donde en varios países y regiones del mundo se han cometido errores garrafales por las autoridades, ya empiezan voces a hablar y pedir justicia: justicia sanitaria.
La indolencia, la arrogancia no puede pasar inadvertida ante tal situación en donde los jefes de Estado o de regiones, han preferido preservar otros intereses al principal que juraron cuidar: la vida humana.
A los jerarcas Nazis los juzgaron por que se volvieron banales, de ahí viene el concepto la banalidad del mal: como en privado mandaban matar judíos, fue tan repetitivo, fue tan mecánico, que después lo hicieron público firmando oficios: mátese a tantos judíos en tal campo de concentración y ¡Los firmaban!
Esa es la banalidad del mal, Hanna Harendt lo explicó muy bien y decía no que ellos fueran malos, los jerarcas, era la estructura, era la corporación, la conformación de una estructura que al entrar en ella se volvía criminal, como la de los Nazis. Eso lo explicó cuando juzgaron en Jerusalem a Adolf Eichman, el encargado de la Solución Final.
Cuando pase esta pandemia y volvamos a reír y a vivir más intensamente ¿A que mandatarios van a juzgar en cortes internacionales?
¿A quien van a sentar en el patíbulo por no respetar la vida? ¿A quien le van a demostrar que hizo dinero con la pandemia? ¿A quien lo van a juzgar por cometer errores que permitieron contagios y por tanto muertes por beneficiarse en intereses personales?
¿Quién se ve tan arrogante y poderoso como se sintieron Goring o Ribentrop y permite y alienta o alentó contagios y muertes con sus decisiones? Y ojo, que al igual que los Nazis, dejaron huella de sus errores en documentos gubernamentales.
Si hay mandatarios en el mundo y en regiones donde se permitieron y se alentaron contagios y muertes, esos son crímenes y los tribunales internacionales deben de estar listos para juzgar a esos mandatarios que abusaron del sistema de salud, haciéndolos trabajar de más y tomando decisiones en función de sus propios intereses.
¿Quién hizo dinero, mucho dinero a costa de la enfermedad o muerte por pandemia de sus ciudadanos aquellos que juró cuidar?
¿Quién cree amigo radioescucha que con sus decisiones no sólo se enriqueció sino que permitió que la pandemia se extendiera?
Todos esos abusivos merecen ser juzgados… esos miserables que prefirieron el dinero que a la vida deben de ir a juicio.
Y ni todo su dinero, ni todas sus influencias le van a alcanzar, como a los Nazis. Al tiempo.
