Al momento

Lodos de ayer y de hoy

Culiacán del caos vial, los retenes, baches y topes

Línea Directa | La información al momento
La información al momento | Línea Directa

Lo acontecido, de nuevo, en Culiacán y otras partes del estado de Sinaloa, puede tener muchas interpretaciones, a  más de la contundente evidencia, pero no se puede explicar sin tener en cuenta los sexenios y décadas en que el sistema en manos del prianismo, ahora con su otrora impensado aliado perredista, solapó, permitió y hasta se hizo cómplice de la delincuencia organizada.

El caso de García Luna no es anecdótico, sino plenamente ilustrativo de lo que venía sucediendo, las raíces profundas de la corrupción y la impunidad comprada, cuyos efectos llegan a la actualidad.

Lamentable, sin sombra de duda, lo sucedido, que hace urgente reconsiderar estrategias, planear y actuar con mayor eficacia.

Eso debe hacerse, pero endilgar todas las culpas, sin más, al actual régimen, federal y estatal, es marginar una realidad que no se explica de la noche  a la mañana.

Lo escribimos hace apenas unas semanas. “La herencia”, titulamos esa columna.

AQUELLA “NORMALIDAD”

Recordamos que, en julio de 2007, hace más de quince años, los intentos (de lengua afuera) ya eran muchos, pero las corporaciones policiacas en México, según admiten propios y extraños, seguían y siguen en las mismas sin solución de continuidad.

No podía ser de otro modo cuando desde sus mandos, hasta los más altos, como años después se comprobó, esa corrupción se alimentaba sin tregua.

Así las cosas, complejo de suyo el asunto, hay razón, aunque no descargo total, cuando el actual gobierno se refiere al pasado como la matriz de la corrupción y la descomposición en eso que suele llamarse “aparato de seguridad”.

Veamos: en el tobogán que se reedita, en el 2007 había una Policía Federal Preventiva (PFP) con la promesa de una profesionalización que se remitió a las fachadas; y aquella Agencia Federal de Investigación (AFI), emulando en la declaración de la jerarquía a su ¿homóloga? estadounidense.

Otras agencias especiales, fiscalías de parapeto y nombre largo, surgieren con el sólo efecto de la merma presupuestal. De nada sirvieron.

Eso lo veíamos un sexenio sí y otro también.

EL DESASTRE INTOCADO

Mucho se habló aquel año (y también después) de la seguridad para los ciudadanos mexicanos, de la tranquilidad tiempo ausente de las calles, del trabajo para el ambiente de paz.

Nada sustantivo ocurrió y aquel desastre de la (in) seguridad nacional siguió, sin sombra de duda, intocado

Desde el priato antes del foxiato y después (Calderón y Peña) las iniciativas retóricas se movieron en el contexto de la simulación a sabiendas, un juego perverso de mentiras donde las fichas eran las esperanzas de un pueblo que no ve para cuándo se aclare la penumbra.

COMO EL LADRÓN QUE GRITA AL LADRÓN

Se veía desde entonces que, cuando surgieran reales intenciones de corregir, la cosa iba a ser muy difícil, cuesta arriba, en un sistema permeado por la corrupción.

No pudo el PRI en decenas de años, tampoco el PAN, en dos sexenios. Al contrario, con ellos se agudizó la corrupción, y la impunidad, como se está viendo cada vez que se investiga en serio.

Ahora, esos mismos que no pudieron, no quisieron y fueron cómplices, exigen que se haga en unos pocos años lo que ellos no en mucho más tiempo.

No hay descargo en esto para los actuales gobernantes, que deben corregir su estrategia, pero tampoco la satanización que promueven los que sentaron las bases para que tragedias, como la del jueves anterior en Culiacán, siguieran sucediendo.

EN EL TINTERO

-Décadas de corrupción e impunidad han ocasionado que la justicia, el aparato de procuración, las fiscalías, las agencias, las cárceles (que eso son, sin los ridículos nombres que les ponen) y prácticamente todas las corporaciones policiacas, en México están en la ruina.

-Detrás de todo, se admita o no, el sistema a sus anchas, reforzado por la incivilidad rampante que, a su vez, es promovido por las llamadas “redes”, sus desviaciones a sabiendas  y otras yerbas.

-Y que ya llegaron los jerarcas de Estados Unidos y Canadá. El muchachito de más al norte dizque con reclamos en ristre. Que los pongan en su lugar es lo que se impone. Vamos  ver.

-El Neonazi Bolsonaro de Brasil y sus fanáticos deben terminar en la cárcel, igual que Trump en Estados Unidos. La lucha por la democracia en todo el continente pasa por esa condición: aplicar la ley y punto.

-Habrá que reiterar: como dijo Aristóteles: “Amicus Plato, sed magis amica veritas”. ([email protected]).

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Jorge Guillermo Cano

Jorge Guillermo Cano

Columnista

Jorge Guillermo Cano

Ver más

Al momento

Suscríbete a nuestro boletín

Para tener la información al momento, suscríbete a nuestro boletín en el tendrás las últimas noticias de Sinaloa, México y el mundo.