Cuando la Liga Mexicana del Pacífico determinó el año pasado ampliar a 12 el número de importados por equipo durante la primera vuelta, hubo quienes pensaron que se corría mucho el riesgo de una inestabilidad económica. Si lo aprobaron, fue porque los ocho clubes (ahora diez) se sentían con la capacidad de solventar los gastos de unas nóminas que se elevarían por la paridad del peso con el dólar.
Aquella vez se tomó esa decisión como una medida drástica que contrarrestara la ausencia de figuras nacionales en el arranque de la competencia. Muchos de ellos no estarían con sus respectivas organizaciones al cantarse el playbol, y de alguna manera se tendrían que cubrir esas ausencias sin el riesgo de que la calidad del torneo descendiera.
La LMP tendrá este jueves una importante asamblea en Mazatlán, donde el tema central a discutir será decretar si comienzan jugando con 8 elementos no nacidos en México. Los clubes tendrán que levantar la mano, o mantenerla pegada al cuerpo, cuando se les cuestione si ese número de extranjeros se respeta por todo el calendario o se reduce a seis a partir de la segunda vuelta. Los planes hasta el momento están más enfocados a esta última.
Ya vimos que el experimento del torneo 2018-2019 arrojó resultados positivos. La Liga mantuvo su calidad, hubo más asistencia a los parques de pelota y fue una campaña muy competitiva y cerrada. Entonces, ¿cuál sería la razón de reducir las plazas de importados para un segundo giro? Seguro lo económico.
En un principio creí que Sultanes y Algodoneros tendrían más privilegios en ese rubro. Los dos equipos se comenzaron a armar con elementos que los otro ocho conjuntos pusieron sobre la mesa, pero no sería suficiente en sus pretensiones no tanto de aspirar al título sino de competir. Pensé que a ellos les podrían dar la oportunidad de contar con al menos dos extranjeros más que el resto.
La decisión que se tome tiene que estar sustentada.
PAUSA.- La primera vuelta de la LMB concluyó la noche del miércoles. Fueron 60 juegos y el mismo número comprenderá el segundo giro.
Hay una cosa a destacar y no precisamente el trillado tema de la pelota voladora. Me refiero a la proyección que hicimos respecto a los pronósticos donde los fuertes eran seis y que por consecuencia terminarían ocupando las tres primeras posiciones de sus respectivas zonas.
Al menos en la zona Norte se cumplieron. Monterrey, Tijuana y Monclova, aunque no precisamente en ese orden, estaban más que cantados para llevar los puntajes más altos en ese grupo. En la Sur apuntábamos a Diablos Rojos, Yucatán y Tigres haciéndose pedazos por los 8, 7 y 6 puntos.
Si me hubieran dicho que Oaxaca podría darles la sorpresa, lo habría aceptado, pero no en los tres primeros sitios. Los Guerreros han despedazado todos los vaticinios llevándose el primer lugar y eso nos indica que no fue producto de la casualidad que el año pasado hayan llegado a la final del segundo torneo.
A Yucatán habría que colocarlo en la gran decepción del grupo, con todo y que termina en un quinto sitio. Los Leones tuvieron uno de los arranques más flojos de los últimos años y del cual no pudieron levantarse para aspirar al menos a los 6 puntos. Sobre el camino se fueron reforzando, han demostrado mejoría y la segunda parte del calendario puede ser suya.
Pendientes pues.