Solo porque vimos a los Sultanes de Monterrey presentar un orden al bat con ocho nativos, de lo contrario estaríamos afirmando que la serie de campeonato de la zona Norte en la Liga Mexicana de Beisbol habría que llamar su eliminatoria contra los Tecolotes de Nuevo Laredo como una “Serie Internacional”.
Es increíble cómo esta campaña del 2024 los equipos exageraron en la firma y uso de peloteros extranjeros, pochos y nacionalizados, desplazando a un gran número de elementos mexicanos que hasta el año pasado estaban convertidos en los pilares de esas organizaciones. ¿Cuál fue la causa que motivó fueran borrados? No lo sé.
La serie final del Sur entre Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca, por su parte, ha quedado en familia y eso le garantiza al empresario Alfredo Harp Helú tener presencia como directivo en esa eliminatoria. Esta, por obvias razones, debemos llamarla “Serie de Hermanos”.
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Pero el tema que nos ocupa es el elevado número de peloteros no nacidos en México que estarán en ambas series finales. Por un lado, Nuevo Laredo haciéndole el “fuchi” a los aztecas, mientras que por el otro en Monterrey preservaron los ideales y las raíces del vetusto circuito que por muchos años se ufanó de trabajar en pro del descubrimiento y desarrollo de elementos mexicanos.
Los Sultanes tienen en su orden al bat a un solo extranjero, y con una planta nacional de las más sólidas y experimentadas del circuito. Si el resto de los clubes desecharon al talento local tal vez calificándolo de cosa menor ante los importados, Monterrey les dio una cachetada con guante blanco ocupando la cima general de su grupo e instalarse ahora en la final de su zona.
Con los Tecolotes semeja más una selección de Venezuela preparándose para la Serie del Caribe o el Clásico Mundial, que un equipo representativo de los Dos Laredos. Tal vez porque gran parte de sus partidos los realizan en territorio estadounidense, pudiera haber sido la razón de inclinarse más por el extranjero.
Entre Diablos y Guerreros apenas sumarán media docena de peloteros aztecas en sus órdenes al bat, de acuerdo a sus últimas tarjetas. Los capitalinos jugaron sus últimos cuatro partidos de playoffs con solo dos mexicanos, haciendo rotaciones rotación posiblemente por lesiones o descansos.
Los nativos que defienden los colores de Oaxaca son elementos que llegaron a préstamo procedentes de los Diablos, como Roberto Ramos, José Carlos Ureña, Jorge Flores y Ricardo Valenzuela. En ese sentido, los capitalinos le dan juego a su base nacional de otra forma.