Tomateros y Charros se han instalado en las semifinales de la Liga Mexicana del Pacífico. Digamos que sus triunfos y resultados están muy apegados a la lógica y los pronósticos, porque los dimos como favoritos para avanzar a esa etapa sin que por el camino que transcurrieron encontraran muchos obstáculos.
Mientras que ambos necesitaron de cinco juegos para eliminar a Venados y Águilas –que bien pudo haber sido en cuatro-, las otras dos llaves se extenderán hasta al menos un sexto compromiso ya asegurado tanto en Hermosillo como en Los Mochis, cuyas novenas aparecen también en la boleta de candidatos a la antesala del campeonato, o sea, las semifinales.
Culiacán y Jalisco hicieron más fácil de lo que se esperaba ese transitar del primer playoff que nunca fue sinuoso. Los Guindas salieron de su feudo con una ventaja de 2-0 que les garantizaba el retorno, y los Charros simplemente fue cuestión de volver a tomar el hilo para desplumar a un equipo que se había dado el lujo de ganarles la última serie del calendario regular que les permitió mejorar en la tabla.
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Tendrán ambas novenas cuatro días de descanso antes de regresar a la actividad, esperando no sufrir una sensible baja y ritmo que suele suceder cuando un equipo define con antelación su eliminatoria. De esa situación se han escrito grandes sorpresas y tragedias.
Por su parte, el campeón vigente, Naranjeros, tuvo que sufrir para merecer. Empezaron su serie contra Yaquis perdiendo ante su propio público, y fueron a Ciudad Obregón para ganar dos encuentros llenos de dramatismo, volteando el marcador angustiosamente y hasta necesitando episodios extras para definir a favor.
Muy pocos esperaban que la tropa de Juan Gabriel Castro pasara por esas calamidades. Lo mismo sucedió con los Cañeros que sufrieron un doble golpe que puede convertirse en mortal por necesidad: primero, regresar a casa con desventaja, y, segundo, que en el quinto partido le cayeron con todo a quien fue su mejor carta en el calendario regular, Darel Torres, en cuyo brazo se depositaron las esperanzas de poner la serie 3-2 a su favor.
Pero así es este deporte de impredecible. Ahora los verdes parecen que parecían indelebles al menos en esa ronda, tendrán que volver a recuperar esa capacidad de operación que los llevó a disputarle el primer lugar del giro inicial a los Tomateros si quieren estar entre los cuatro grandes, como lo fueron en el renglón de puntos y triunfos en general.
Aquí jugarán un papel muy importante los estados anímicos de Algodoneros y Yaquis. Por un lado, Guasave debe tenerlo muy elevado por haber sacado dos importantes resultados de su casa para voltear la tortilla, algo que contrasta con la de Ciudad Obregón, porque en los últimos dos juegos tuvieron para ganar pero no fueron capaces de soportar la presión de un lineup tan poderoso como el de los actuales monarcas.
¿Qué puede pasar entre miércoles y posiblemente jueves? Que Guasave aseste un golpe de timón a los verdes ante su afición, y que Hermosillo cumpla con su papel de favorito que tuvo durante toda la campaña.