En el discurso del viejo sistema político, la historia nos muestra que solamente hay dos episodios en la vida donde en política se habla de la moral:
El primero es en la polémica biografía de Gonzalo N. Santos, donde explica como mantra del sistema: “Que la Moral es un árbol que da moras, si no sirve pa… ahí la dejo” y la otra en el discurso político del entonces candidato priísta Miguel de la Madrid con su “Renovación Moral”.
Cabe señalar que el ideólogo de la Renovación Moral fue Samuel del Villar, un brillante abogado y quien fue Procurador del primer jefe de gobierno del DF emanado de la izquierda.
Luego de ahí, en ese esquema esa falta de moralidad el sistema permitió que a la falta de moral hubo falta de congruencia, ese vacío de las virtudes teologales de la política: congruencia y moral, permitió que se consolidara un hartazgo en la población.
En todas las etapas del país, el discurso protestante de la moralidad ha estado presente, con los liberales en la Reforma contra el descaro de los curas, con los maderistas contra los porfiristas y su abuso de poder, con los Cardenistas y el petróleo que se llevaban los extranjeros, en esta Cuarta Transformación el discurso de la moralidad es una narrativa que la gente quería escuchar. Una narrativa contra el hartazgo, el abuso y la falta de congruencia.
Durante mucho tiempo el ciudadano mexicano su ministro religioso le obligaba a portarse bien mas eso no le aplicaba a sus lideres políticos, pero, al escuchar hoy el Presidente habla de virtudes cardinales, eso lo identifica, ya que lo que hace López Obrador es vender indirectamente que él como cualquier ciudadano sí tiene conciencia.
La moralidad como género teatral fue usado por los ingleses, quienes ¡Por cierto! son protestantes de toda la vida, para ellos, dicho género explica en un personaje su cuestionamiento entre sus virtudes y defectos que esos también son actores de la obra.
La entrevista mañanera de Andrés Manuel bien podría caer en el género teatral de la moralidad, constantemente está reflexionando y dando resultado de un cuestionamiento interno de su gobierno y de esas reflexiones da la nota del día y sobre ese mensaje fija la agenda y la liturgia del día. Así le mata la nota a todos.
Esa es la razón del blindaje de López Obrador en las encuestas, él, el Presidente vendió muy bien el mensaje: que como cualquier ciudadano se somete al juicio de su conciencia, aunado a eso devolvió a la moral al discurso político.
Los protestantes siempre han jugado un papel fundamental en la vida política del país, son los que mejor saben interpretar el papel del ciudadano frente al Estado, por eso hoy vemos a un Presidente con convicción protestante que sabe fijar su mensaje que taladra conciencias. Ya después la historia develara el tamaño de su congruencia.
La única manera de ganarle a un protestante es sabiendo interpretar el volumen de la ley sagrada mejor que él, así la oposición en el país, para ganarle al evangelio de la 4T habrá que interpretar muy bien la Ley más la congruencia aplicada en la calle. Sin eso, no se va a poder.
La 4T trae un evangelio, un evangelio que vende y que como todo evangelio está sustentado en una palabra: esperanza que viene de esperar, la gente va a esperar lo que sea para que el pastor les cumpla su palabra.
Si eso no lo entiende la oposición… y si se aleja de la congruencia, entonces, la 4T va a ser lo que quiera con el país en un buen rato.