Todos coinciden en que la transición democrática en nuestro país empezó en 1868.
Las demandas del movimiento estudiantil y la forma en que reprimido mostraron la cara más brutal del régimen autoritario.
En el ámbito electoral, las elecciones presidenciales de 1976, en las que López Portillo fue el único candidato debido a una crisis interna del PAN, mostró la ausencia de condiciones mínimos para un sistema de elecciones libres y equitativas. La izquierda no tenía registro como partido político.
Después del 1968, los mexicanos identificados con la izquierda estaban en la cárcel, en la guerrilla urbana y rural, en algunos sindicatos y en las universidades. El propósito de la reforma electoral de 1977 fue abrir un canal de representación política y ofrecer un camino institucional para la competencia política en México. El Partido Comunista Mexicano finalmente fue legalizado, lo que abrió una vía institucional para la izquierda.
La crisis económica de 1976 y 1982 fueron elementos clave en el proceso de cambios políticos en México. A lo largo de la administración de Miguel de la Madrid (1982-1988) se llevó a cabo un plan de ajuste estructural drástico, que fue particularmente doloroso para la mayoría de los mexicanos. Se empezaron a aplicar las políticas aprobadas en lo que se conoce como el Consenso de Washington.
Para 1985, la crisis económica empeoró. Además, el terremoto de 1985 tuvo consecuencias políticas. Dado la incapacidad del gobierno para responder a la tragedia, los propios ciudadanos tomaron la tarea de rescatar personas y construir refugios, lo que estimuló el desarrollo de la sociedad civil, particularmente en la Ciudad de México.
Dentro del PRI hubo una división muy importante entre políticos tradicionales y tecnócratas, la cual condujo a la aparición de la Corriente Democrática en julio de 1986. Este movimiento fue dirigido por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, quienes representaban una sección importante del ala izquierda del PRI, una fracción muy crítica de las reformas económicas y los costos sociales que conllevan esos programas de ajuste estructural.
Al final, la Corriente Democrática decidió abandonar ese partido y formar una coalición con otros partidos entre ellos el PARM, el PPS y el FCRN; así fue como nació el Frente Democrático Nacional y Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en su candidato.
En 1988, el PAN seleccionó a Manuel J. Clouthier como su candidato a la presidencia, en 1986 había sido su candidato a gobernador por Sinaloa. Él era claramente un miembro de la tendencia “neopanista”, un hombre de negocios que había sido presidente de la Coparmex y del Consejo Empresarial Mexicano. Clouthier representaba a los nuevos panistas que querían gobernar el país y no sólo educar a la población para la democracia.
Los medios tradicionales de comunicación ofrecieron una versión sesgada de las campañas. En la televisión sólo se mostraba una imagen fuerte del candidato priísta. La radio y la prensa estaban al servicio del partido hegemónico. Aunque Carlos Salinas de Gortari no tenía experiencia política, De la Madrid decidió que él debería ser su sucesor para que su proyecto económico continuara.
Los resultados oficiales no fueron aceptados por los candidatos de oposición, quienes al día siguiente de las elecciones se presentaron en la oficina del Secretario de Gobernación y exigían “limpiar la elección y recuperar la legalidad”. Los datos oficiales fueron:
Carlos Salinas de Gortari 9´687,926 votos. 50.74%
Cuauhtémoc Cárdenas 5´829,585 votos. 31.06%
Manuel Clouthier. 3´208,584 votos. 16.81%
El fraude se consumó.
Para la elaboración de este artículo se usaron los datos del libro de Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Las elecciones presidenciales en México: de la hegemonía al pluralismo, El Colegio de México.