La serie final regresa a Culiacán con unos Charros de Jalisco en ventaja 3-2, pero con esos tintes de una batalla bastante cerrada, cuyos juegos –con excepción del primero- apenas se han definido por una carrera, con poco bateo y mucho pitcheo, aunque con sus excepciones.
El quinto juego no desentonó: triunfo tapatío 3-2 tras un duelazo de Manny Bañuelos y Odrisamer Despaigne, pero que tuvo como elementos a destacar el desafortunado relevo de Sasagi Sánchez y la jugada en home de ese noveno rollo que dejó tendidos a los Tomateros y con muchas dudas a su afición.
Pero se trata de hacer polémica donde no existen argumentos. Si bien es cierto que el receptor Ildefonso Ruiz logra tocar al corredor José Ceceña antes de que este coloque su mano izquierda sobre el plato, la decisión del ampáyer Sócrates Marín al decretar el safe estuvo correcta, apegada en la regla 6.01 (i) (2).
Y dicha regla dice lo siguiente: A menos que el cátcher tenga posesión de la bola, este no puede bloquear el carril del corredor que intenta anotar. SÍ, a juicio del ampáyer, el cátcher bloquea el carril del corredor sin tener la bola, el ampáyer deberá declarar “safe” al corredor. No obstante, lo dicho anteriormente, no se considerará una violación de esta regla si el cátcher bloquea el carril en un intento legítimo por fildear el tiro.
También resulta inadmisible que los ampayers hayan actuado en favor de los Charros, después de las polémicas declaraciones del manager Benjamín Gil tras el cuarto juego, en donde acusó prácticamente de tendenciosos a los hombres que imparten justicia en el campo. Todos sabemos y conocemos el temperamento del tijuanense.
En los resultados realmente no han influido los ampayers, si acaso en algunas marcaciones de lanzamientos en que se han equivocado para ambas partes. Pero hasta allí.
Mejor señalemos los errores de juego, los errores mentales, las decisiones de los managers al mover sus piezas de bullpen y el bateo oportuno que no ha llegado, amén de que, algunos jugadores se apagaron, como el caso de Cristian Santana, Estéban Quiroz y por allí Joey Menéses, citando a los Guindas por estar en desventaja.
Además, el pitcheo a Culiacán le ha fallado a la hora cero. Los episodios ocho y nueve han sido fatídicos, como en aquel cuarto juego al que llegaron con ventaja de 5-0 al octavo rollo, en el que tanto Sasagi Sánchez como Stephen Nogosek –sus cartas fuertes- construyeron esa debacle. El primero regalando par de bases y permitiendo un hit para aceptar dos carreras (2-5), y luego el estadounidense siendo castigado con tres hits –entre ellos el jonrón de Reynaldo Rodríguez que empató el juego 5-5, sin sacar out.