Culiacán, Sinaloa, 05 de agosto 2024. Este día seis del mes en curso, se cumplirán 79 años del bombardeo a la ciudad japonesa de Hiroshima y el viernes próximo, 9 de agosto, a Nagasaki.
Las nuevas generaciones, a contrapelo de los gobiernos militaristas encabezados por Estados Unidos, enfrentan la responsabilidad de evitar que las víctimas de aquellos bombardeos atómicos sean las últimas que haya registrado la historia de la humanidad.
En el convulsionado mundo de hoy, ante la pérdida de valores, la voracidad de los grandes potentados de las finanzas internacionales, el fanatismo ultra derechista, el avance armamentista como el gran negocio, los intereses extra territoriales de Estados Unidos y países europeos ¿Será posible?
EL RECUENTO OBLIGADO
La primera opción del presidente estadounidense, Harry S. Truman, era la ciudad de Kioto, pero por circunstancias climáticas se apuntó a Hiroshima, la segunda opción. Eran en Japón las ocho de la mañana con 15 minutos, en punto, del 6 de agosto de 1945, cuando el bombardero norteamericano “Enola Gay” arrojó la bomba atómica sobre Hiroshima.
En segundos, el 97 por ciento de la ciudad se redujo a cenizas; 78 mil 150 personas murieron; 37 mil 425 recibieron heridas graves y 13 mil 93 desaparecieron.
En su cuartel general de Estados Unidos, el entonces presidente Harry S. Truman recibió el reporte oficial y expresó para la antología de la barbarie universal: “es lo más grandioso de la historia”.
ABSOLUTAMENTE INNECESARIO
Los pronósticos habían sido rebasados ampliamente, pero aun así, el 9 de agosto, una segunda bomba cayó sobre Nagasaki: 75 mil víctimas más y la mitad de la ciudad destruida en un instante.
El gobierno japonés, que contrariamente a las versiones oficiales de los estadounidenses estaba negociando el fin de la guerra desde tres meses antes, declaró: “fue absolutamente innecesario”.
En Estados Unidos, con la ignorancia de la barbarie, hubo grandes expresiones de júbilo, pero muchas voces conscientes empezaron a plantear serias dudas sobre la “civilización” de su país. La herida nunca cerraría.
Apenas el 16 de julio del 45, había sido detonada la primera bomba experimental en Alamogordo, Nuevo México.
Su poder destructivo no fue debidamente calculado ni siquiera por los encargados del “Proyecto Manhattan”. Urgía emplear la bomba para “escarmentar” a Japón… y advertir al resto del mundo.
PODER DE ANIQUILACIÓN EXTRAORDINARIO
Cuando el físico Robert Oppenheimer, director del proyecto Manhattan, encargado de desarrollar un arma nuclear (lo que empezó a hacer en Alemania con Hitler) vio el hongo atómico en Alamogordo, demudado, pudo ver las consecuencias que traería su uso militar.
También los principales científicos de su equipo entraron al mayor conflicto ético que se ha planteado sobre la ciencia y su uso destructivo.
Ahora, a 79 años de distancia, se calcula que tan solo entre Rusia y Estados Unidos poseen alrededor de 40 mil cabezas nucleares. También tienen arsenal atómico China, Inglaterra, Francia y se presume que Israel, la India, Irán, Paquistán e Irak pueden tener la bomba.
Varios países más, unos abiertos, otros soterrados, se han integrado al “club nuclear”. Todas y cada una de las actuales bombas tienen un poder de aniquilación extraordinariamente superior a sus antecesoras de Hiroshima y Nagasaki.
TASUKETE KURE
Quienes llegaron a Hiroshima luego del estallido, relatan que pululaban seres sin rostro con la piel cayendo a pedazos y gimiendo: “tasukete, kure” (auxilio, por favor).
Las razones del poder no se acaban, la ambición descarnada y las reglas del capital imponen su propia lógica; las matrices de la guerra, con todos sus excesos, están ahí.
“Tasukete, kure”, en todos los idiomas, puede ser la expresión dramática de la humanidad, perdido el rumbo y su destino en manos de los grandes capitanes del poder y del dinero.
¿Se podrá entender, todavía? El tiempo se agota.
EN EL TINTERO
-Los gobiernos peleles de América Latina, comandados por su patrón, Estados Unidos, revelando su vergonzoso entreguismo, apuestan al golpe de estado en Venezuela.
-Y el gobierno de Estados Unidos, los plutócratas que lo determinan, con su rapaz injerencismo. Van por el petróleo de Venezuela, con al apoyo de la señora Machado y otros vendepatrias de aquel país.
-Mientras, la tal OEA, inútil, entregada al gobierno yanqui, sigue con sus vulgares desfiguros.
-El mamarracho multimillonario, gracias al sistema que lo patrocina, Elon Musk, de nuevo con sus cínicas declaraciones.
-Hay dos asuntos pendientes en los que falta claridad y se mueven en la confusión: la entrega o captura de Zambada y la muerte de Héctor Melesio Cuen. ([email protected]).