Culiacán, Sinaloa, 25 de enero 2021. Entre los comentarios que llegan al columnista, sobre asuntos que están en el orden del día de nuestra sociedad, encontramos la referencia al sonado problema de los tianguis y el ambulantaje en la ciudad de Culiacán. En esos casos, las propuestas de solución no han operado y, todavía peor, las partes se han encerrado en sus posiciones.
Se nos dice, y hay cierta razón en ello, que algunos comerciantes ambulantes (la minoría) han hecho profesión de lucro con su actividad; que los comerciantes fijos, los afiliados a la Canaco, tienen una competencia desleal y que el conflicto, con frecuencia, adquiere una connotación política partidaria.
Más en la superficie, hay quienes justifican desalojos probables y reacomodos porque “la imagen de la ciudad se deteriora” y las incomodidades generadas por el ambulantaje afectan a transeúntes y conductores de vehículos. En todos los casos, sin embargo, se trata de claras posiciones de parte.
RELUMBRÓN O SENTIDO SOCIAL
En reciente encuentro, establecimos que es preferible tener esos problemas de imagen, incomodidades y demás, pasando por las relativas mermas de ganancias en el comercio organizado, que sacrificar el diario sustento de muchas familias que dependen, precisamente, del comercio informal.
Hasta ahora, el conflicto se ha visto desde la óptica del interés privado y el Ayuntamiento de Culiacán no ha sabido, o no ha querido, hacer prevalecer el sentido social más amplio. Por lo demás, existen alternativas inexploradas que suponen altas cuotas de voluntad política y de imaginación creativa (lo que no se ve).
El gobierno no ha asumido su responsabilidad por la falta de fuentes de empleo y no ha diseñado estrategias que incluyan la superación de las asimetrías sociales. Tampoco los empresarios. De esa evidencia se podría partir para replantear el diálogo necesario, sobre bases compartidas y no excluyentes. Esperemos.
EL RETO CIUDADANO
La razón de fondo que justifica la presencia de consejeros ciudadanos en los órganos electorales, es la necesidad de contar con representantes independientes de las instancias oficiales, de los grupos de interés privado y de los partidos políticos.
Opinión política siempre habrá y resulta ingenuo reclamar asepsia en ese sentido. La disyuntiva consiste en aplicar un criterio que privilegie y respete los intereses ciudadanos o, al contrario, sumarse a las posiciones de parte.
Lo primero es difícil, pero no imposible y hasta en los propios partidos se reconoce a personas capaces de ejercer su autonomía pero, lamentablemente, de común son marginadas.
CONSEJEROS ETIQUETADOS
Por supuesto, las coincidencias y discrepancias no son gratuitas y ello se vio desde las propuestas que se hicieron para integrar los llevados y traídos Consejos e Institutos electorales, después en la forma en que se decidió su conformación (evidentemente negociada) con las cuotas que saltan a la vista, a nivel federal y estatal.
Así las cosas, el reto de esas instancias, particularmente de los consejeros ciudadanos, es superar las parcelaciones y evitar que ese espacio se convierta en un anexo de las confrontaciones (y negociaciones) oficiales, privadas y partidistas. El riesgo de esto último es grande y un buen comienzo sería reconocerlo para mejor enfrentarlo.
EN EL TINTERO
-En nuestro país la tasa de interés que cobran los bancos y las tiendas comerciales llega a ser hasta 17 veces la tasa de referencia del Banco de México y 23 veces la inflación de 2020 (que fue del 3.15 por ciento). Mientras los dejen.
-Año perdido, el que recién acabó; encerrados, así se salga a la calle, copados por la promoción del miedo y, en contraparte, la marcada negligencia en los cuidados que, de seguirse, serían acción efectiva para salir del marasmo.
-En twitter: @jgcano1; email: [email protected].
