Monterrey será el centro de atención de toda la afición de la Liga Mexicana del Pacífico la mañana de este martes. Allá tendrá lugar el draft de expansión que nutrirá a los conjuntos de nuevo ingreso, Sultanes y Algodoneros, en un proceso cuyas intenciones no serán precisamente armar hasta los dientes a esas franquicias, sino ayudarles a conformar un roster que ellos mismos deberán robustecer sobre la marcha.
Pasada la elección no esperemos ver nombres de auténticas figuras en las nuevas plantillas. Los “caballos” son intocables y los nuevos conjuntos lo saben. Ellos tendrán que conformarse con elementos que ya no tienen oportunidad de continuar con sus organizaciones y de algunos jóvenes que no terminan por madurar, porque básicamente jugadores de esas características se pondrán sobre la mesa.
Habrá quizá la intención de no colocarlos en la meta de salida tan débil, porque a la Liga es a la que menos le conviene ver que existan dos plazas que arrastren desde el arranque resultados desalentadores para sus seguidores, cuando se trata de que ambas nazcan con el ADN que caracteriza al circuito: una pelota de nivel y espectáculo.
Protegiendo esos rubros se podría garantizar continuidad tanto en Guasave como en Monterrey, pero sobre todo con el primero. Recordar que la afición blanquiazul se alejó del estadio por muchas razones, entre ellas, la muy baja economía de la ciudad, el poco apoyo hacia la franquicia y la falta de un campeonato que hubiese sido muy estimulante.
En la sultana del norte llevarán este experimento que podría significar un arma de doble filo. Imagínense usted que la afición pudiera sentirse más cómoda y más satisfecha con otra fecha que no sea el caluroso verano, y con un espectáculo superior al que están acostumbrados a ver con la LMB. Claro que esto último pudiera no suceder tal vez en las primeras campañas, pero en gustos se rompen géneros.
Monterrey tiene el poder económico para soportar algunos tropezones. Pero no sabemos qué tantos aguanten. Si la franquicia cosecha éxitos desde muy temprano, su estadía en LMP está más que garantizada. En cambio, en Guasave la “calentura” por el regreso de la pelota profesional después de cinco años no solo podría estar sustentada por el fervor y el deseo, sino por el respaldo que la afición tenga que ofrecerle al equipo so pena de quedarse nuevamente sin este pasatiempo…y quién sabe si para siempre.
Por lo pronto habrá que esperar el draft y por consecuencia la primera temporada de ambas para hacer un análisis y un juicio más profundo. Pero ojalá que el ingreso de ambos no sea flor de un día, porque ese fue un punto que la Liga cuidó de manera muy escrupulosa en todo este tiempo desde que surgieron rumores de una expansión por voluntad de “ya sabes quién”.
DIRECTIVO. La Liga administrará a los Algodoneros y tuvo la certeza de colocar al frente a alguien que durante muchos años no solamente es un fiel seguidor de esta pelota, sino de quien ya tuvo en un tiempo el control de los Tomateros de Culiacán.
Me refiero a Sebastián Sandoval Matzumoto, un hombre cuyo beisbol lo trae en las venas y sus entrañas, y que le dolió demasiado la salida de Guasave. Sandoval estuvo en la palestra intentando una extensión de LMP a diez plazas hace algunos años, pero su intención era llevar este espectáculo a Baja California Sur.
Después de algunos intentos decidió desistir pero de pronto le cae este nombramiento del que estamos seguros la Liga no se arrepentirá, porque Sebastián es un hombre que conoce el teje y maneje de este negocio. Lo recuerdo al frente de los Guindas en la década de los 80´s, cuando fue precisamente él quien me abriera las puertas para dos cosas: experimentar una campaña como cronista viajero del club al lado del desaparecido y maestro Agustín D. Valdez, e iniciar una carrera como anotador oficial que hasta la fecha continúo desarrollando.