La guerra es el Tema. Es casi imposible escribir de otra cosa; sin embargo, la propia guerra tiene sus enfoques. El parte de guerra y los resultados de las batallas se mueven tan deprisa que es inútil realizar un análisis de coyuntura. Ucrania puede caer hoy, mañana, no caer o de plano ya cayó cuando usted, amable lector, lea estas líneas. Por lo que, tenemos que poner atención en el pasado reciente, las historias y lecciones que está guerra ya nos dejó sin importar lo que suceda después.
Una de esas historias es la figura del presidente de Ucrania Vlodomir Zelenski. Un presidente que llegó al poder desde los sets de televisión y la comedia. Zelenski protagonizó el papel de un actor que busca la presidencia de su país y lo consigue. Fue tan exitoso su programa que permitió convertir la ficción en realidad. El programa de televisión si convirtió a un comediante en presidente.
Por otro lado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin invirtió años en construir la figura de un político imponente que, a la menor provocación, se quitaba la camisa y montaba ososo de Photoshop para mostrar poderes sobre humanos de líder inquebrantable.
El presidente de Ucrania ya había mostrado algo temple un par de años atrás. Pocos recuerdan, pero Trump ofreció a Zelesnki apoyarlo con equipamiento militar si él se prestaba a entregar pruebas de transacciones fraudulentas a nombre de Biden y de su familia originadas de desde Ucrania, el ucraniano se negó. Esa respuesta quedó registrada en una llamada que luego fue filtrada.
Putin decidió gobernar a través del miedo. La democracia en Rusia es una charda. Los opositores del presidente ruso terminan en la cárcel o muertos misteriosamente. La población tiene pocas libertades políticas y Rusia se mantiene perenemente en los primeros lugares de corrupción de todas las evaluaciones mundiales.
Zelenski llegó al poder enfrentando al sistema político tradicional de su país. Fue muy criticado por su falta de experiencia y cometió bastantes errores de política exterior. Antes de la guerra era un político mediocre con muy poco que no estaba cumpliendo las expectativas en su país, pero llegó la invasión rusa; todo cambió diametralmente.
El ruso decidió ir a la guerra porque el país más grande del mundo le queda chico. Necesita crecer sus fronteras para aprovechar los recursos de otros países y regresar a la grandeza de la antigua Unión Soviética o a la grandeza de los zares. Su liderazgo está forjado en la violencia. Algunos creen que su liderazgo tiene que ver con el ejemplo, pero desde hace meses hay reportes que sale muy poco del palacio presidencial y no hay mucho contacto con su pueblo.
Vlodomir se convirtió en una estrella mundial y solo requirió un gesto al que los políticos no están acostumbrados: Congruencia. Más allá de sus propias limitaciones, Zeleski decidió guiar a su país con el ejemplo. Los verdaderos líderes actúan con el único respaldo de sus ideales, aunque, irónicamente, esto signifique quedarse solos. Ucrania se quedó sola, pero no será por mucho tiempo.
Putin comenzó la guerra con Ucrania desde el imaginario colectivo de un liderazgo inamovible sin cuarteaduras en su figura. Al día de hoy eso cambió. El liderazgo de Putin se parece cada vez más a una caricatura, a una comedia. Sería inocente suponer que su liderazgo terminó, desde luego que no es así, pero la forma en que el mundo lo percibe es otra. El monta osos poco a poco desciende a la comedia y el comediante ucraniano se convirtió en un guerrero.
Ambos, Vlodomir y Vladimir, han quedado unidos por la historia. Los dos son seres humanos con toneladas de defectos. Ninguno tiene pureza en sus acciones; sin embargo, mientras uno puso su vida al servicio de los demás, el otro puso a los demás al servicio de su vida,
¿Usted qué opina amable lector? ¿A quién seguiría: al comediante o al monta osos?