El calentamiento global ha llegado a un punto crítico y según la Organización de Naciones Unidas (ONU), trae como consecuencias cambios drásticos en el clima, aunado al derretimiento polar.
El pasado 27 de julio, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que a partir de esa fecha terminaba la era del calentamiento global para dar paso a la “ebullición global”.
Guterres ha manifestado la urgencia de que el Grupo de los veinte gobernantes y presidentes de bancos centrales más poderosos del mundo (G20) emprenda acciones para reducir las emisiones globales de dióxido de carbono procedentes de la actividad industrial.
La ONU considera urgente la instrumentación de acuerdos que puedan impactar en acciones de justicia climática, específicamente con el compromiso tendiente a eliminar las emisiones a nivel cero para el 2040.
El llamado también es para las empresas en cuanto a su responsabilidad de reducir totalmente las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el tema financiero llama la atención el énfasis que se pone en las instituciones bancarias como parte importante y toral para que frenen los préstamos destinados a inversiones para la generación de combustibles fósiles y fomentar aquellas que incorporen las energías renovables.
Otro compromiso es que las empresas que se dedican y trabajan con combustibles fósiles cambien a energías limpias, mediante programas con valor y ejes bien detallados que incluyan acciones de protección ante el calor extremo, sequías, incendios forestales e inundaciones.
Como ejemplos recientes de todo esto se pueden observar los recientes incendios forestales en Hawái, que dejaron un saldo de al menos 110 víctimas, y en Canadá, que obligaron a evacuar a 20 mil personas. Estos hechos de alto impacto ambiental están sucediendo al mismo tiempo alrededor del mundo.
A pesar de existir compromisos en la Agenda 2030 de la ONU, donde pocos países han presentado resultados, el llamado sigue siendo a la conciencia de los gobernantes para dar paso a la transición de nuevas energías sin combustibles fósiles.
¿Cómo podemos hacer más desde los gobiernos, la academia y el sector privado? La respuesta es la educación ambiental. Es necesario tomar conciencia del grave problema al que nos enfrentamos.
El cuidado del medio ambiente es impostergable porque su deterioro nos afecta a todos, nadie está a salvo de las consecuencias.
“El aire es caliente, contaminado y, por tanto, irrespirable”,
Esta es una de las principales conclusiones como resultado de la suma de hechos ambientales que se han estado presentando en los últimos días como consecuencia del calentamiento global generando consecuencias desastrosas, como la escasez de agua para la supervivencia humana.
Es necesario continuar con estos temas, socializarlos y ver desde nuestras esferas dónde nos encontramos, cómo estamos impactando al medio ambiente y con qué acciones cotidianas podemos sumar en positivo para detener su deterioro.
La educación ambiental debe ser la base para construir el futuro que anhelamos.
Fuentes: National Geographic
