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Día de Muertos, un día para poder para sanar

El celebrar el Día de Muertos puede ser una buena oportunidad para trabajar el duelo o para entrar en un estado de reflexión y poder acomodar...

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El celebrar el Día de Muertos puede ser una buena oportunidad para trabajar el duelo o para entrar en un estado de reflexión y poder acomodar el dolor que produce la pérdida de un ser querido.

Participar en un ritual ya sea elaborando algún altar, el ofrendar al tu ser querido lo que más le gustaba en vida, poner su fotografía en un lugar especial de tu casa o recordar los buenos momentos te permitirán experimentar una sensación de tranquilidad, consuelo y paz interior.

La celebración del Día de Muertos representa una mezcla entre lo religioso, lo prehispánico y cultural, sin embargo, puede representar un momento de desahogo emocional para quienes aún no logran llegar a la aceptación de su duelo.

No todos los mexicanos vivimos esta celebración de la misma manera. Depende mucho de la religión que se profese y de las costumbres familiares, sin embargo, realizar una reflexión en estos días podría resultar muy reconfortante para hacer cierres o despedidas. Existe esa sensación en el mexicano de lograr un contacto personal entre los que se fueron y los que seguimos en la tierra.

En estos días es importante tener los mejores recuerdos que tengamos con esa persona, pues estar activando recuerdos dolorosos hacen más fuerte el sufrimiento para el doliente.

Si bien, en las culturas prehispánicas estaban muy familiarizados con la muerte, en tiempos actuales, tocar el tema el algo que muchos prefieren evitar.

Por lo general, se nos hace catastrófica, alarmante y algo de lo cual no a todos les gusta hablar.

Por eso es importante, que tomemos en cuenta el acompañamiento tanatológico ya que esta disciplina nos puede ayudar a comprender ese proceso para poder encontrar la tranquilidad y el cierre de ese ciclo.

La Tanatología representa el tratado de la muerte por lo que abordarlo durante el proceso de duelo por la pérdida ayuda a cerrar el ciclo de despedida con el familiar fallecido.

Elizabeth Kübler-Ross es considerada como la madre de la tanatología. Ella nos marca cinco etapas en el proceso del duelo:

NEGACIÓN. Esta etapa nos refiere a un mecanismo de defensa que nos permite amortiguar o retrasar el dolor del impacto de esa noticia dolorosa. Esto nos permite entrar en un proceso de recuperación de forma gradual.

La segunda etapa es la IRA. En esta etapa llegan las preguntas, los cuestionamientos, los “por qué” y podemos llegar a liberar nuestras emociones a través del enojo por no tener control sobre el evento.

La tercera etapa es la NEGOCIACIÓN. En esta fase, lo que intentamos es llegar a un “acuerdo” para poder superar una situación después de no poder cambiar la realidad.

Después sigue la DEPRESIÓN. Esta etapa inicia cuando el doliente se ve invadida de una profunda tristeza. Se le considera como el puente para llegar a la ACEPTACIÓN, la cual es la quinta etapa.

La aceptación es la capacidad de integrar la situación. El tiempo que lleve el doliente para llegar hasta la aceptación dependerá de la capacidad de resiliencia – esa capacidad de sobrellevar el dolor o el sufrimiento- de quien lleve el duelo.

Cada etapa dentro de este proceso de duelo no tiene una duración exacta para superarse, sin embargo, por lo general puede durar entre 6 meses a un año. Este tiempo nos habla que estaremos viviendo proceso sano y funcional. Desgraciadamente no todos logran cerrar ese duelo y pueden quedar por mucho tiempo atorados en alguna de las etapas antes mencionadas lo cual puede llevar a desarrollar diversas patologías.

Llegar a la aceptación de la Muerte en tiempo de COVID.

Muchas personas han perdido sus seres queridos a causa del Covid-19, (incluso muchos de nosotros habremos tenido experiencias dentro de la familia o en personas muy cercanas), todos ellos están viviendo su proceso de duelo en todas sus etapas, sin embargo, llevar este proceso sin el acompañamiento de un profesional les costará procesar el impacto debido a las condiciones tan inusuales en los que se han presentado estas muertes.

La experiencia vivida por esta nueva enfermedad podría generar nuevas investigaciones o estudios sobre la tanatología y los procesos de duelo en estas condiciones. Estamos hablando de un proceso de acompañamiento totalmente diferente a lo que se venía manejando hasta antes de esta pandemia.

Lo que está ocurriendo en estos tiempos del covid, es que la mayoría de las personas no tienen la oportunidad de despedirse de su ser querido de las maneras “tradicionales”, y ahí se tiene una gran labor para entrar en un proceso de acompañamiento.

La manera en la que se están presentando estas pérdidas junto con los protocolos sanitarios que se están aplicando, además de la imposibilidad de participar en ceremonias o rituales ante el miedo al contagio nos lleva ante la posibilidad de no poder elaborar un cierre con la persona que fallece.

Todo esto puede provocar que cueste un poco más al familiar llegar a la aceptación por varias razones, ya sea porque no hubo una despedida ante una muerte inminente, o porque no pudieron concretarse proyectos que se tenían con la persona fallecida y tal vez, lo más doloroso, porque muchas de esas muertes se vivieron sin el acompañamiento de los familiares.

Cuando alguien muere por enfermedad, sin las limitantes y las circunstancias a las que nos obliga el covid nos da la oportunidad de acompañar al enfermo y de alguna manera despedirnos del ser querido. La persona muere rodeada de familiares con el acompañamiento que da el amor y tal vez con una resignación y muerte tranquila.

Ese tipo de muerte, nos conduce a una recuperación natural sin tantos obstáculos como lo ha hecho la muerte por covid, en el que no hubo contacto en el momento del desenlace final.

Quienes están pasando por ese momento de crisis emocional los invito a buscar acompañamiento psicoterapéutico y tanatológico para que puedan vivir el proceso de duelo y llegar a la aceptación.

El ritual en todas las creencias es necesario; realizar una oración, un altar, un ritual de cierre y de despedida, una carta, una fotografía, hablar con la persona que se murió, hablarle sobre las cosas que dejó pendiente, platicarles que sus proyectos tendrán continuidad y cerrar su ciclo de vida, es muy reconfortante y aprovechar el Día de Muertos puede ayudar mucho.

Te agradezco cualquier comentario acerca de esta columna y si crees necesitar acompañamiento en tu mismo proceso de duelo o conoces a alguien que lo necesite, escríbeme un Whatsapp al número 6671313403 y visítame en Facebook en: https://www.facebook.com/sensumpsicologiaycrecimiento/

Te dejo un abrazo.

Juan José Díaz

Psicólogo y psicoterapeuta

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Juan José Díaz Iribe

Juan José Díaz Iribe

Columnista

Juan José Díaz Iribe

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