La continuidad del TMEC y la preservación de la estabilidad económica son dos asuntos estratégicos en la agenda de la presidenta Claudia Sheinbaum, representan dos temas torales que podrían afectar el inicio y despegue de su sexenio. Durante los últimos 30 años, México ha sido el país más favorecido dentro de los acuerdos de libre comercio en América del Norte y su estabilidad macroeconómica le ha otorgado credibilidad entre los inversionistas globales.
Hoy en día, México es el principal socio comercial de los Estados Unidos, somos la nación que más exporta hacia la economía más grande del mundo. Si está condición se viniera abajo, nuestro país sufriría un fuerte impacto en sus posibilidades de crecimiento y prosperidad. La amenaza del presidente electo Donald Trump, de imponer un 25 % de aranceles a todas nuestras exportaciones es sumamente delicada.
La semana pasada, las primeras reacciones del Gobierno de México no parecieron ser las más convenientes. Responder que aquí fijaremos otro arancel al que se disponga allá, olvida y deja de lado las enormes asimetrías estructurales que se tienen. En una confrontación directa saldríamos perdiendo, seríamos los más perjudicados. La economía de Estados Unidos es 20 veces más grande que la de nuestro país. Los niveles de interdependencia comercial no son iguales. Las exportaciones de México hacia el vecino país del norte significan el 82% de nuestras ventas externas y el 27% de nuestro PIB. Por su lado, las exportaciones de Estados Unidos a México significan el 16% de sus ventas globales pero solamente el 1% de su Producto Interno Bruto.
Por otra parte, el Congreso de la Unión ya analiza el Paquete Económico para el ejercicio fiscal 2025. Sus números están apretados y las expectativas que generan son preocupantes. La principal meta será bajar el elevado déficit presupuestal, del 5.9 del PIB a un 3.9 por ciento. El próximo año tendremos fuertes recortes en diversos renglones del gasto público, en educación, salud, infraestructura, seguridad pública, medio ambiente, agua. Las transferencias federales hacia los estados y municipios no tendrán un crecimiento real, en el mejor de los casos permanecerán constantes. El pasado sábado se presentó, ante el Congreso local, el Presupuesto del Estado de Sinaloa para el 2025. El gasto total será de 70,004 millones de pesos, que significa una variación de 0.6% con respecto al aprobado para este año que termina.
El 2025 será un año complicado. La renegociación del TMEC y la reducción del gasto público federal nos imponen importantes riesgos y retos hacia adelante. Sinaloa se tiene que preparar con una estrategia para enfrentar estos escenarios. Ante ello, llama la atención que en la presentación del Consejo Asesor para el Desarrollo Económico Regional y la Relocalización de Empresas, evento celebrado apenas la semana pasada en Palacio Nacional, no figurará ningún empresario sinaloense. Cierto, el proceso apenas inicia. Aún se tiene el tiempo suficiente para cuidar nuestras exportaciones de carne, hortalizas, camarón y no se les imponga el gravosos arancel del 25%, como amenaza Trump.
