El gobierno de la 4T es igual de corrupto que su antecesor. Partiendo de esta premisa provocadora, trataré de desarrollar algunas ideas que, para algunos confirmarán esa premisa y para otros dará elementos para refutarla. En lo personal, considero que la corrupción en ambas administraciones es igual, sin embargo, la narrativa es lo que hace diferente a cada una de ellas.
Da click aquí y encuentra más información de Línea Directa Portal en nuestra página de Google News
Comencemos con la corrupción como sujeto de medición. La corrupción puede ser medida como una variable de magnitud que permite grados (mucho o poco) o puede ser medida como una variable binaria que sólo acepta dos estados: (es o no es) Para muchos, no hay punto de comparación. El gobierno de Peña Nieto es ampliamente más corrupto por la cantidad de dinero que él y sus seguidores se embolsaron. Esto es para los que entienden la corrupción como una magnitud de grados: a menor dinero robado menos corrupción; a mayor dinero robado más corrupción. Siendo así, el gobierno de Peña es más corrupto porque robo más ¿o no?
Por otro lado, muchos otros defendemos la corrupción como un acto de existencia, no de magnitud. Es el equivalente de un embarazo: hay embarazo o no lo hay, los puntos medios no existen. Lo mismo sucede con la corrupción. Se es o no se es. Luego, este gobierno es igual de corrupto que su antecesor.
Ahora entremos al tema de la percepción. No cabe duda, bajo cualquier cuestionario realizado en los últimos años, que la percepción de corruptos que existe entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, es ampliamente superada por Lord Peña. El presidente López Obrador es honesto de acuerdo a los mexicanos (percepción que comparto), más, esa percepción, no se mantiene cuando se traslada a su gobierno. Según datos del INEGI y el IMCO, los dos primeros años de la 4T tienen niveles de corrupción muy similares a los gobiernos del pasado. Es decir, los mexicanos separan la figura del presidente al del gobierno. Tenemos un presidente honesto en un gobierno corrupto. Incluso, dato de transparencia internacional, refleja pírricos avances en la materia, casi marginales.
Volviendo al tema de magnitud por grado. Hay número que sostienen que este gobierno es igual de corrupto que el de Peña en términos de montos. Este gobierno está cerca de llegar a mitad del camino, por lo que sólo tenemos tres años de referencia en comparación con los seis años de Peña; todavía no sabemos cuál será el desenlace del monto final que debemos comparar, pero ya hay números previos que podemos analizar. Datos de la Auditoría Superior de la Federación, mostraron que en el segundo año de gobierno de Peña tuvieron problemas de aclaraciones por el orden de los 62,000 MDP; en el segundo año de la 4T existen por aclarar 87,000 MDP.
La falta de transparencia en este gobierno dificulta las comparaciones cuantitativas del dinero mal administrado (eufemismo de corrupción). El número de solicitudes de información negadas por este gobierno, incrementó de manera importante. Los recursos de revisión se dispararon bajo el argumento de reservar información de parte del gobierno, así lo registra el propio Instituto de la Transparencia. Debido a esto, hay muy poca información sobre el destino de los créditos a los pequeños empresarios a causa de la pandemia. Hay documentos de la propia Secretaría del Bienestar y de la Secretaría de Economía, que aceptan desconocer a quienes se entregaron dichos créditos. Lo mismo sucede con la famosa rifa del avión presidencial, no hay certeza del destino de los premios; la refinería de Dos Bocas y el mismo PEMEX han negado información importante sobre contratos. Hablando de contratos, las adjudicaciones directas de este gobierno rondan en el 80% de la obra contratada. Sólo hasta el final de este gobierno, podremos tener claridad de cuánto dinero se fue al caño de la corrupción (AMLO`S Dixit).
Si nos enfocamos en los elementos cualitativos, la 4T también presenta síntomas similares que la enfermedad corruptora del gobierno anterior. Los cercanos al presidente López Obrador, al igual que los de Peña Nieto, están metidos en escándalos de corrupción: Los hermanos del presidente, las casas de Irma Eréndira, Ana Guevara, Manuel Bartlett, etc., no dejan bien parado al actual gobierno. El combate a la corrupción no pasa de ser una anécdota. La 4T no persigue corruptos. La FGR reportó sólo 10 personas en la cárcel en todo el país entre el 2018 y 2020, por delitos vinculados a corrupción (Enriquecimiento ilícito, Peculado y Cohecho). De los grandes peces, ni hablar. Rosario Robles es la única que pasa tiempo en la sombra y el caso Lozoya es una mala broma que se sigue repitiendo.
López Obrador es una persona que genuinamente no se requiere enriquecer desde el poder, sin embargo, la evidencia sugiere que es muy tolerante con la corrupción de sus cercanos. Entiende que la corrupción se combate desde la moralidad, no desde la institucionalidad. Piensa que sólo el ejemplo es lo que llevará a todos a la honradez. Mientras eso sucede, el Estado Mexicano se mantiene igual de corrupto que en el pasado.
Invito a usted, amable lector, a debatir el tema….