Recuperar y fortalecer la confianza de la sociedad es una de las principales responsabilidades de los gobiernos en todo el mundo.
En la era de la revolución digital, emergen nuevos escenarios y conceptos, entre los que destaca la gobernanza de datos, considerada esencial para restablecer esa confianza.
La ciencia de datos debe ser un componente central en las universidades, ya que la inteligencia artificial depende de datos que son proporcionados por los usuarios a través de diversas plataformas, siempre con el consentimiento de las partes involucradas mediante la aceptación de términos y condiciones.
¿Cuáles son los problemas relacionados con los datos?
Entre los retos más destacados, se encuentran la gobernanza de datos flexible y la gobernanza guiada por principios éticos y de derechos humanos.
¿Qué significa una gobernanza de datos flexible?
Este concepto hace referencia a algoritmos y datos utilizados para entrenar plataformas, lo que justifica la creación del rol de director de Ciencia de Datos.
¿Cómo se define la gobernanza de datos con derechos humanos y ética?
Es importante que, al seleccionar sistemas de inteligencia artificial en el sector público, se garantice su transparencia, capacidad de explicación y auditabilidad.
El respeto a la privacidad y otros derechos fundamentales es vital para que la sociedad latinoamericana pueda participar activamente con sus opiniones y estar informada sobre los riesgos asociados, así como la desigualdad que pueden presentar ciertas tecnologías. Esto resalta la necesidad de crear marcos regulatorios que aseguren que el tratamiento de datos respete los derechos humanos.
Promover la participación ciudadana en debates, foros y discusiones sobre políticas públicas es primordial para el bienestar de la sociedad latinoamericana. Estas conversaciones deberían enfocarse en la seguridad, simplificación operativa, privacidad y protección de la información, entre otros aspectos, para fomentar un desarrollo integral de las nuevas tecnologías.
Las políticas de alfabetización digital, concientización y sensibilización deben formar parte de la agenda gubernamental, en colaboración con el sector privado, el ámbito educativo y la sociedad civil.
Solo a través del trabajo en equipo se lograrán condiciones óptimas para el desarrollo de la inteligencia artificial, siempre con un enfoque en la ética y los derechos fundamentales.
Mirando hacia el futuro, el Estado 4.0 se vislumbra como un Estado inteligente e inclusivo, capaz de implementar políticas públicas en conjunción con la inteligencia artificial y el sector público.
Es esencial que las instituciones desarrollen estrategias con planes y regulaciones que aprovechen las oportunidades que la IA ofrece para mejorar los servicios públicos en beneficio de toda la sociedad.
Finalmente, para que los sistemas basados en Inteligencia Artificial no comprometan nuestros derechos, deben estar siempre bajo supervisión y control humano, garantizando la privacidad, la protección de datos personales y la seguridad.
