Culiacán, Sinaloa, 30 de octubre 2023. Ya nos hemos referido a este asunto de las “calificadoras” internacionales que muy bien cobran por un “servicio” de suyo cuestionable, pero sigue siendo nota y un pendiente del gobierno federal.
Standard and Poor’s, uno de esos negocios, ha otorgado notas triple A (las más altas) a “bonos basura”, como han denunciado incluso congresistas de Estados Unidos.
Pese a que quienes confían en sus evaluaciones con frecuencia resultan perjudicados, los ingresos de las calificadoras se han duplicado y hasta triplicado en los últimos años.
Analistas independientes aseguran (con referentes válidos) que la forma de operar de las calificadoras se determina en dos vertientes: la simple especulación en búsqueda de ganancias, manipulando las tendencias del mercado, y la venta de evaluaciones.
A SABIENDAS, VALORACIONES INFLADAS
En la avalancha de críticas documentadas no se olvida que fue precisamente Standard and Poor’s la agencia calificadora que avaló a la tristemente famosa firma Enron, unos días antes de su fraudulenta debacle financiera, lo que muchos ubican como el inicio del deterioro económico de Estados Unidos.
En el caso de las hipotecarias, la conclusión es que han otorgado, a sabiendas, valoraciones falsas e infladas para títulos respaldados por préstamos problemáticos provocando la quiebra de millones de familias.
Con los países, entidades y empresas, el negocio es redondo: según el pago es la calificación y si se cancela (lo que debe hacer el gobierno de México) de un día para otro emiten la descalificación.
¿En qué se afecta realmente a una nación? Fuera de la especulación financiera, en muy poco o nada. El capital sigue yendo a donde le convenga y lo demás le vale.
CON ESOS “REPUBLICANOS”
No hace mucho, el presidente López Obrador dio respuesta a los legisladores republicanos (del Partido Republicano de Estados Unidos) que no dejan de ofender a México y de hacerlo responsable de sus tragedias, las mismas que ellos no resuelven y pretenden no ver.
Dijeron que cancelarían una “ayuda” para que nuestro país enfrente la crisis del llevado y traído fentanilo (el mismo que, como medicamento, en Estados Unidos se sigue recetando y consumiendo para ganancia de las grandes farmacéuticas) y que tenían que enviar a su ejército para combatir al narcotráfico.
De lo primero, México “no les está pidiendo nada”, aclaró AMLO, y reiteró que México sí les ayuda, aunque lo nieguen en el tráfago electorero; de la intervención armada, que ni lo sueñen o se atengan a las consecuencias.
Pero seguirán en la tandariola, se verá.
EN EL TINTERO
-Vergonzoso lo que pasa en el Senado, y en la Cámara federal. La ausencia de prudencia, de respeto a la investidura, la constante. A ver hasta cuándo.
-Hay quienes, en el colmo de la estupidez (no se le puede calificar de otra forma) culpan al presidente AMLO por el huracán Otis en Guerrero.
-Y la criminal desinformación electorera de los epígonos del prianredismo y los “medios”, una vileza, sin duda.
-No son de extrañar los escapes de presuntos morenistas cuando no se cumplen sus expectativas. Habrá algunos más, pero no para alterar la correlación de fuerzas que favorece de manera imparable a la continuidad de la llamada 4T.
-El Fondo Monetario Internacional (FMI) es un organismo creado por el gran capital mundial y, por supuesto, está a su servicio.
-¿Y a dónde va a enfocar sus baterías el llamado frente amplio, sabiendo que no ganarán las elecciones? Al INE y al TRIFE, donde cuentan con la mayoría con los nombramientos del prianato.
-El capitalismo desbocado, la enfermiza acumulación de la ganancia y el calentamiento global, la crisis climatológica, van de la mano, les guste o no a los epígonos del desastre que no se quiere ver.
-Imparables las llamadas de “call centers”, de fraudeadores y delincuentes. La mayoría de los números desde donde marcan son de Monterrey y de la Ciudad de México. Nada qué hacer, se les bloquea y vuelven, saben su vulgar negocio, y los dejan.
-En Culiacán, el caos vial, la inseguridad, el robo de vehículos, la incivilidad, de la mano con autoridades incompetentes e importamadristas (pero duchas para el relumbrón).
-De febrero de 2015 a marzo de 2016, el gobierno mexicano pagó dos millones de dólares al GIEI por su trabajo en las indagatorias de Ayotzinapa. Cada periodo posterior, de seis meses cada uno, tuvo un costo de un millón de dólares y cada miembro del Grupo ganaba cerca de 140 pesos mensuales, además contaban con gastos de hospedaje, alimentación, viáticos y equipo de apoyo. ([email protected]).
