En Guasave, luego de que el asunto de la designación de candidatos de la alianza PRI-PAN-PRD había sido sacado sin grandes sobresaltos, finalmente todo se les complicó. Y de manera grave.
Diana Armenta había sido registrada como precandidata única en el PRI a la alcaldía a finales del mes de enero, y la candidatura le fue retirada más de un mes después.
Dejaron correr el tiempo, que cumpliera con todos los requisitos, que fuera al partido a registrarse, que sostuviera reuniones con simpatizantes, que empezara a organizar todo lo que sería su equipo de campaña, que se reuniera con líderes de los partidos aliados, platicara con representantes de subcomités priistas, y muchas otras cosas más, para salirle con que siempre no.
Diana reaccionó, reconoció que era una decisión tomada, que no había nada qué hacer, y envió un emotivo mensaje exponiendo su postura, destacando que se va a su casa, que no aceptó ninguna de las ofertas que le hicieron a cambio.
Salió fortalecida, con mayor credibilidad y mucha dignidad tras el mensaje.
Se pueden destacar tres factores que agravaron esta crisis de la alianza y que tendrá seguramente serias repercusiones.
Primero los inacabados acuerdos para ir juntos los tres partidos, que hizo mostrar al PRI como el gandalla que acaparó las alcaldías principales desplazando a sus aliados, aunque fueran en modalidad de candidaturas comunes.
Luego, la operación política desafortunada para corregir situaciones y hacer cambios. Se requería una delicada cirugía con bisturí y se hizo a machetazos.
Y tres, el que quien sustituye a Diana Armenta cometiera el yerro de primero registrarse como precandidato a la presidencia municipal por Morena, y al ser rechazado ahí la buscara con la alianza respaldado por el PAN.
Eso lo hizo aparecer, aunque no lo sea, como un vil oportunista que no le importan siglas ni ideologías en su intento por alcanzar su objetivo.
Con su acción, brinda argumentos a los priistas para rechazarlo ahora, y otorga armas a sus opositores para que mañana le peguen en campaña.
Y ese malestar interno en el ala priista de la alianza no es poca cosa. En la elección por la alcaldía de 2018 el PRI tuvo 45 mil 946 votos, mientras que el PAN solo 6 mil 649.