Sentirse aceptado y aprobado por los demás es una necesidad de todo ser humano necesaria para la supervivencia. Por medio de la validación fortalecemos la autoestima y confianza debido a que nos sentimos seguros y protegidos. Déjame explicarte:
Recibir aprobación es una necesidad adaptativa siempre y cuando se mantenga en los límites de lo saludable. Por ejemplo: cuando intentamos encajar en determinado grupo sacrificando nuestra verdadera forma de ser solo para ser aceptados estamos llevando esta necesidad de aprobación a niveles patológicos o enfermizos.
La diferencia entre una aprobación patológica y una saludable puede ser una linea muy fina que intentaré mostrarte a continuación:
¿Qué es la necesidad de aprobación?
Aunque puede ser difícil aceptarlo, todos en mayor o menor grado necesitamos sentirnos aceptados por los demás. Como lo veíamos anteriormente, esta es una necesidad perfectamente natural, tanto como respirar o comer además de tener una función adaptativa ya que a través de esta podremos conseguir que los demás nos acepten en sus respectivos círculos recibiendo ayuda y protección en caso de sufrir alguna amenaza.
Muchas personas pueden obsesionarse con tratar de agradarles a los demás a tal grado que llegan a sacrificar su verdadera forma de ser, y con tal de ser aceptados adoptan conductas y actitudes muy diferentes de cómo son realmente. Esto puede llevarlos a tomar desiciones basándose en los comentarios que reciban de las demás personas, sintiéndose muy felices cuando son aceptados y muy desdichados cuando reciben una critica o no consiguen “ser bien vistos”.
Todos buscamos agradar y ser aceptados. Pero una cosa es sentirse apreciado y otra es depender de forma extrema de que los demás nos reciban para poder sentirnos bien. Es cuando se presenta esta últimas cuando corremos el peligro de caer en una “dependencia a la aceptación”.
Ser aceptados es nuestra primera necesidad
Esta necesidad de aceptación inicia en el momento de nacer. Cuando nacemos estamos totalmente vulnerables y necesitamos de los demás para estar seguros y protegidos. Necesitamos ser cuidados pues.
El ser humano es social por naturaleza y desde esta naturaleza, necesitamos de los demás para sobrevivir.
Esta misma necesidad de aprobación que inicia en el momento de nacer para obtener seguridad y protección va evolucionando con nuestro propio desarrollo. En la etapa de primera infancia (del primer hasta el sexto año), esta necesidad de aprobación se ve en tanto en la relación con los adultos modelo como con los iguales de alrededor. Con esta interacción no solo buscamos protección y seguridad, sino también un ambiente propicio para el desarrollo social y de aprendizaje.
Cuando esta integración no se logra (que es el caso de los niños marginados), la necesidad no se satisface y esto puede repercutir en consecuencias a nivel psicológico cómo puede ser la falta de autoestima. “Si los demás no me valoran, difícilmente podré valorarme a mi mismo”.
Otra postura es cuando el niño es validado pero de forma negativa. Se le dice todo lo malo que hace, destacando mayormente sus errores y defectos quedando totalmente expuesto ante los demás. Esto puede llevarlo a construir un concepto muy pobre de sí mismo y de poco o nulo valor. Recibir comentarios negativos solo provoca que la necesidad de validación aumente todavía más resultando probablemente en un adulto que ante la más mínima expresión de cariño y aprobación construya vínculos fuertes de forma patológica y tendiendo totalmente hacia la dependencia.
Dependencia emocional, cuando la necesidad se convierte en enfermedad
Pueden ser muchas las causas que lleven a una persona a tener dependencia a la aprobación. Cómo lo vimos anteriormente, es en la infancia donde se presentan las condiciones propicias para que la persona comience a construir una personalidad dependiente o dependencia patológica.
Algunas de las características de un adulto dependiente o con necesidad de aprobación son:
Nunca muestran desacuerdo ante las ideas de los demás
Confunden el ser amables con decir a todo que sí.
Piensan que si dicen no la otra persona se va a ofender o a enojar.
Las personas dependientes de aprobación tienen estados emocionales muy variantes. Si son reconocidas se muestran eufóricas y alegres pero si son criticados llegan a sentirse muy tristes y frustrados.
Otra forma de reconocer a una persona con necesidad de aceptación es que suelen preocuparse mucho por su aspecto. La opinión de los demás con respecto a su apariencia es de suma importancia. Por supuesto que no esta mal el buscar vernos bien o querer andar a la moda, pero si esto se vuelve una necesidad excesiva estaríamos cayendo en una conducta desadaptativa.
¿Qué se puede hacer?
¿Es posible eliminar la necesidad de aprobación patológica? La respuesta es sí. Esto, se puede lograr a través del acompañamiento terapéutico y con mucho trabajo sin embargo quiero compartir contigo algunos puntos en los que puedes empezar a trabajar si te identificas dentro de esta conducta patológica.
Date cuenta de que solo tú puedes llegar a conocerte totalmente.
Aunque siempre hay personas que pudieran relacionarnos o identificarnos por alguno de nuestros defectos, tenemos que reconocer que no somos solo eso con los que nos identifican. Sólo nosotros mismos podemos llegar a tener una idea de quien somos en totalidad y de cuales pudieran ser nuestras debilidades y nuestras fortalezas.
Es muy importantes que trabajemos en la auto aceptación y aprendamos cómo podemos mejorar. De nuevo, no se trata de buscar sólo nuestra aceptación porque como ya vimos anteriormente somos seres que necesitamos de la interacción con lo demás, sin embargo no podremos construir vínculos sanos con los demás si no podemos hacerlo primero con nosotros mismos.
2. Es imposible que le gustes a todo el mundo.
Siempre habrá quien nos critique y quien nos apruebe y es en la aceptación y en la aprobación en donde encontraremos bienestar emocional, es con ellos también con quien aprenderemos a aceptarnos tal y como somos.
3. Ser criticado no siempre es ser rechazado.
Aunque todos quisiéramos recibir solo halagos y cumplidos esto no siempre es así. Habrá ocasiones en los que recibamos desaprobación y criticas, sin embargo esto no siempre será malo o negativo. Sí, sabemos que hay personas que “no tienen filtro” y pueden llegar a ser hirientes y muy bruscos, pero también hay quien lo hace de forma educada y constructiva.
La critica no siempre es sinónimo de ataque. Aprendamos a ver la critica como una oportunidad de crecimiento.
4. Aprendamos a ser egoístas.
Tal vez pueda parecer contradictorio pero aprender a ser egoístas esta bien si con eso logramos un equilibrio. Siempre que inicies algo plantéate las siguientes preguntas:
¿Para quién estoy haciendo esto?
¿En que medida la opinión de los demás influye en lo que hago?
¿Cómo me sentiré después de hacer lo que estoy haciendo?
Las respuestas que resulten pueden ayudarte a darte cuenta si lo que haces es para ti o para los demás.
5. Buscar ser tú mismo.
Este ultimo punto es fundamental para dejar de buscar la aprobación de los demás. Cada persona tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Esto nos da igualdad. Es la imperfección de lo perfecto.
Por paradójico que parezca mientras menos busques la aprobación mas la recibirás. No hay nada más atractivo que lo auténtico. Poder ser tu mismo te llevará a que las personas te acepten por lo que eres y podrás darte cuenta quien sí te valora.
Encontrar una sana interacción con los demás puede ser complicado pero no es imposible, aprender a poner la opinión del otro en el lugar correcto nos acercará indiscutiblemente al bienestar psicológico y emocional
Te agradezco cualquier comentario acerca de esta columna y si crees necesitar acompañamiento psicológico profesional con respecto a este tema o conoces a alguien que lo necesite, escríbeme un Whatsapp al número +526671313403 en México y visítame en Facebook en: https://www.facebook.com/sensumpsicologiaycrecimiento/
Te dejo un abrazo.
Juan José Díaz / Psicólogo y psicoterapeuta
