Falta menos de un mes para que la LXVI Legislatura se instale el 1 de septiembre y eso nos deja algunos flecos para el análisis.
A pesar de la división de poderes, con el relevo en las cámaras federales inicia el nuevo sexenio. Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta electa tendrá ya sus primeras “pruebas”, por así llamarle al par de meses de legislatura en la fecha de su toma de protesta se llega.
Agosto es el último mes para planear. A partir de septiembre ya todo será operación directa y transición. Personajes como Rosa Isela Rodríguez, Arturo Saldívar y ni se digan Adán Augusto y Ricardo Monreal, deberán dar el máximo de resultados en ese corto periodo. Serán los ojos y brazos políticos de la presidenta electa.
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En ellos recaerá la responsabilidad de echar a andar la maquinaria legislativa para que las reformas avancen lo más pronto posible y con el menor de los sobresaltos.
Al parecer, el tema de la sobrerrepresentación estaría siendo superado. Morena y aliados no deberían tener mayor problema para tener los votos suficientes que les permitan sacar adelante cualquier tipo de reforma que tengan en proyecto.
Tanto comisiones legislativas como coordinaciones de grupos parlamentarios deberían estar prácticamente definidas en lo económico antes del 1 de septiembre. Esos temas no deberían tomar mucho tiempo a la nueva legislatura y en su lugar, me parece que pasarán lo más pronto posible a la discusión y votación de la agenda en materia de reformas constitucionales.
La futura mandataria ya dijo que buscará impulsar cuatro reformas que fueron compromisos hechos en campaña, también adelantó que incluirá un par más del paquete presentado por el presidente López Obrador en febrero.
Las reformas de carácter prioritario serían las que tienen que ver con el Bienestar, como la de impulsar el apoyo económico para mujeres de 60 a 64 años y las becas universales para estudiantes de educación básica. También los cambios a la ley del ISSSTE en materia de pensiones y la no reelección.
Creo que sería un avance importante la reforma que propone el reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas como sujetos del derecho público.
Y finalmente, la que se ha llevado los reflectores es la reforma al Poder Judicial. Esta semana culminarán los foros que han servido para socializar la visión de reforma al poder judicial que, por cierto, tendrá sede en Sinaloa el jueves 08 de agosto.
Para septiembre debería estar suficientemente socializada y discutida la idea y los detalles de lo que habrá de ser la reforma al poder judicial.
He dicho que es justamente este cambio constitucional el que se lleva los reflectores justamente porque el poder judicial se ha convertido en reducto de la derecha más conservadora. Tienen amplios intereses ahí y ven tocadas sus conveniencias.
Deberíamos estar celebrando que los estudiantes de educación básica tendrán acceso a becas o que las mujeres de 60 a 64 años recibirán apoyo económico. Este tipo de acciones elevan el suelo de bienestar mínimo para la población y son las acciones que traen justicia al pueblo.