El año nuevo trae consigo importantes retos para la estabilidad de la economía mexicana y el desarrollo regional de Sinaloa. Habrá que hacerles frente, pero sobre todo buscar superarlos. El factor Donald Trump 2.0 gravitará sobre el escenario nacional; localmente los problemas de inseguridad y sequía limitarán el crecimiento de nuestra entidad.
El ya cercano 20 de enero asumirá su segundo mandato el presidente Trump. Desde hace más de dos meses anuncia que vendrán drásticos decretos desde la Casa Blanca. La imposición de 25 % de aranceles a todas las exportaciones de México, la amenaza de deportación masiva de trabajadores y familias indocumentadas, el anuncio de calificar como grupos terroristas a los carteles mexicanos, configuran un corto plazo que podría ser bastante crítico.
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2025 también trae en su agenda la renegociación del T-MEC, el cual ha resultado muy favorable para nuestro país. Su revisión será complicada. El fallo adverso que recientemente recibimos sobre el maíz transgénico es una señal desalentadora. El Gobierno de México tiene 30 días para corregir una política que prohibió su importación. El plazo ya está corriendo y de no atenderse la Casa Blanca establecerá aranceles contra las cuantiosas importaciones agrícolas y agroindustriales que provienen de su vecino del sur.
Este 2025 la macroeconomía en nuestro país se verá más comprometida con el ajuste presupuestal y una menor expectativa de crecimiento del PIB. Desde los primeros minutos de enero ya entraron en vigor los aumentos del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), que han generado impopulares aumentos en los precios de la gasolina, diésel, refrescos, bebidas saborizadas y cigarros.
En el plano local, las y los sinaloenses tendremos un año complicado. Los elevados niveles de violencia de los últimos 4 meses han desajustado fuertemente la vida social y la actividad comercial en el centro y sur del estado. Urge recuperar la paz y la tranquilidad, sobre todo en la ciudad y el municipio de Culiacán, que aportan casi el 40 % del PIB y el empleo en nuestra entidad.
Al mismo tiempo, la sequía impactará severamente a la agricultura comercial, al principal sector productivo de la economía sinaloense. El nivel de almacenamiento de las presas está en un 17 % y ello hará imposible el óptimo aprovechamiento de las 800 mil hectáreas de riego disponibles. Dentro de este total, 600 mil se siembran regularmente con maíz blanco. Para el ciclo agrícola otoño-invierno en curso, se anunció una superficie de siembra que no superó las 150 mil hectáreas.
Con el respaldo del Gobierno Federal se está ejecutando una vasta estrategia para hacer frente a la inseguridad que nos lastima en Sinaloa. De igual forma, se tiene que diseñar e implementar, con la mayor rapidez posible, un eficaz programa estatal de recuperación de todos los sectores productivos y el empleo. Hagamos todo lo necesario, sumemos voluntades, recursos y trabajo, para que este año 2025 nos resulte mejor. Sí se puede.