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México.– Un 9 de noviembre de 2001 Elisa sufrió un intento de feminicidio por su expareja, quien le vació ácido en todo el cuerpo y la torturó en repetidas ocasiones; las lesiones que sufrió fueron graves en 40 por ciento de su cuerpo.
A 20 años de aquel día su caso sigue impune, sin embrago, después de varios meses de enviarle cartas a la fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, y hacer movilizaciones se reunió con ella.
Cuando ocurrió este hecho Elisa apenas tenía tan solo 18 años; pasó varios meses debatiéndose entre “la vida y la muerte”, cinco años en tratamientos quirúrgicos y bajo los cuidados de sus familiares.
“La intención de este sujeto no fue lesionarme o causar miedo, la intención en 2001 era asesinarme”, dijo Elisa.
En aquel año ni Elisa ni sus familiares tenían las fuerzas para enfrentar una demanda ni darle seguimiento, pues la prioridad era su salud.
Cuando la joven mejoró se dio a la tarea de darle seguimiento a aquella denuncia, sin embargo, su sorpresa fue que la carpeta se había “extraviado” y su agresor había huido; pero ella aún busca justicia.
Su expareja volvió 18 años después y hoy en día se encuentra en prisión pero no por lo que le hizo a ella sino por violencia familiar.
Elisa comentó que Godoy le había dicho que conocía su caso, pero que desconocía que la carpeta la habían dado por perdida.
