México, D.F.- ?El poeta no es más que un momento frente a un mar de eternidad; pero eso sí: a un verso hermoso no lo tumban ni todas las eternidades?.Así pensaba el poeta, editor y académico de la lengua Alí Chumacero, quien dejó de existir el pasado viernes en esta ciudad a los 92 años.La eternidad de su poesía, que se concentra en tres libros publicados hace más de medio siglo, está ahora en manos de los lectores.El viernes a las 22:15 horas falleció el escritor; su hijo Guillermo dijo ayer en la funeraria que el poeta murió a causa de una pulmonía y que al momento de su deceso estaba sedado.Este domingo a las 11 horas en el Palacio de Bellas Artes se realizará un homenaje de cuerpo presente en el que participarán, entre otros, la titular del Conaculta, Consuelo Sáizar, y el director del Fondo de Cultura Económica, Joaquín Díez-Canedo.Aunque en un principio se iba hacer ayer el homenaje, se pidió que se realizara hoy porque algunos miembros de su familia, como su hermano menor, Alfonso Chumacero, no alcanzarían a llegar desde Nayarit este sábado.Nacido en Acaponeta, Nayarit, en 1918, Chumacero fue uno de los más grandes poetas de México en el siglo XX. Sus libros Páramo de sueños (1944), Imágenes desterradas (1948) y Palabras en reposo (1956), más algunos poemas sueltos, constituyen toda su obra poética, ceñida y rigurosa: textos magistrales que están entre lo mejor nuestra lírica.Ante los reclamos por un libro nuevo respondía: ?He dicho cuanto tenía que decir. Dejé de escribir precisamente porque ya había dicho todo. Continué en la literatura y continúo. Nadie está tan dentro de la literatura como yo; pero ahora como lector?.Chumacero fue una de las figuras pilares del Fondo de Cultura Económica, institución de la que formó parte por 58 años, donde fue editor, tipógrafo, corrector, redactor y asesor. Precisamente, en sus últimos días, colaboraba como asesor en la edición de la Iconografía del FCE, que se publicará en 2011, y trabajaba para la misma editorial en una nueva edición de las obras de Xavier Villaurrutia, junto con Miguel Capistrán, explicó ayer el director del FCE.Díez-Canedo dijo que ?es imposible pensar el Fondo de Cultura Económica sin pensar en él: ?Es el Fondo, Alí. Una presencia cotidiana, una especie de diccionario vivo de dudas del lenguaje porque él lo conocía todo: la ortografía, la sintaxis, la semántica. A él se deben muchas incorporaciones de vocablos mexicanos a los diccionarios de la lengua española, entonces sí era un maestro porque era la fuente más socorrida de consultas de todo tipo, y desde luego del arte tipográfico?.Antonio Alatorre -quien también falleció esta semana- recordó en una entrevista que él fue testigo de que Chumacero y Juan José Arreola ayudaron en la edición y estructura de Pedro Páramo, de Juan Rulfo.El padre y el amigo?He vivido tres minutos en cada minuto -dijo dos años atrás el poeta Alí Chumacero cuando recibió un homenaje por su 90 cumpleaños.?He gozado de la vida, ha sido muy celebrada mi forma de ver las cosas, he procurado no pelear con nadie, le he dado por su lado hasta a mis hijos. He sido un hombre que sin buscar el aplauso ha vivido espléndidamente porque es muy bien sabido que yo he sido un hombre tacaño. He sido un hombre que ha leído muchos libros, dueño de una las mejores y más amplias bibliotecas de este país y además he sido alguien que ha encontrado en la vida un refugio para ahorrarse las horas de sueño. He vivido de noche y he soñado de día?.Ayer la titular del Consejo señaló: ?El año del bicentenario y el centenario lo recordaremos también porque ha sido el año que se llevó a grandes figuras del panorama intelectual, artístico y creativo de México?.Sáizar lo recordó como un hombre ?simpático, agradable, con un sentido del humor portentoso que se apoyaba en su enorme capacidad de conversación y en su gran conocimiento de las letras. Amoroso de su mujer, con una gran complicidad con sus hijos, poseedor de una de las bibliotecas más formidables, un académico respetadísimo?.La titular del Consejo adelantó que ha habido pláticas con la familia con el interés de adquirir la biblioteca del maestro, que es una de los acervos privados más grandes del país, con más de 40 mil títulos, y que estaría con la de José Luis Martínez, quien fue uno de los grandes amigos de Alí Chumacero.?La lección de vida de mi padre -dijo ayer Guillermo Chumacero- es que hasta el último momento luchó mucho. Fue un hombre muy vital, con un enorme sentido del humor hasta sus últimos momentos. Fue un hombre muy cariñoso, afable, nos estructuró mucho para disfrutar la lectura?.Guillermo dijo que aún no hay una decisión entre los hermanos respecto al destino de la biblioteca, que sin duda, es ?su mayor legado?.Una vida entre las letrasChumacero salió de Nayarit hacia Guadalajara en 1929 y desde 1937 la ciudad de México se convirtió en su residencia. Junto con José Luis Martínez, Leopoldo Zea y Jorge González Durán fundó, en 1940, la revista Tierra Nueva. Colaboró en Letras de México y fue redactor de El hijo pródigo, del suplemento ?México en la cultura? -del periódico Novedades- y de ?La cultura en México?.Además de sus libros de poemas, en 1987 publicó en el FCE una recopilación de las reseñas y ensayos literarios bajo el título Los momentos críticos. Recibió los premios Xavier Villaurrutia, el Nacional de Lingüística y Literatura, el Alfonso Reyes, el Nezahualcóyotl, y la Medalla Belisario Domínguez.Chumacero era reconocido como uno de los grandes amantes de la palabra, y guardián del español. Le sobreviven sus hijos: Guillermo, Luis, Jorge Alfonso y María; su esposa Lourdes falleció hace algunos años. ?Lo recuerdo como un ser generoso, decente, bondadoso, que sabía reírse, pasársela bien y querer a la gente?, dijo su hijo Luis y explicó que al poeta le preocupaba poner en orden sus fotos: ?Son fotografías familiares, de sus relaciones con sus amigos y de viajes que hacía por el interior de la República?.Díez Canedo lo recordó como un gran poeta pero también como un hombre muy metido en el mundo: ?le gustaba hablar de política, le gustaban los toros, las mujeres, fue un gran bebedor; un hombre muy devoto de sus amigos, que tuvo la tristeza de ver que se fueran algunos de ellos?.Dos años atrás, el poeta dijo: ?Quiero que cuando me vaya con mi música a otra parte me recuerden como un hombre venido de un pueblecito pequeño llamado Acaponeta, de un estado pequeño llamado Nayarit, que llegó al DF y dijo: ?Señores, yo también soy un humano capaz de dejar sobre la conciencia de los mexicanos un sentimiento, un reflejo de lo que es la vida?.?
La poesía mexicana perdió a un maestro
Alí Chumacero falleció a los 92 años; sus tres potentes libros integran una de las obras poéticas más admiradas de las letras
Fuente: Internet