Oaxaca. Tras un intento de matrimonio forzado, una adolescente de 14 años decidió huir de su comunidad en San Bartolomé Loxicha, enclavada en la Sierra Sur de Oaxaca. La joven recorrió sola el camino hasta la capital del estado, donde buscó ayuda y alimentos. Su solicitud encendió las alertas de las autoridades estatales, quienes activaron de inmediato los protocolos de protección y resguardo.
La huida ocurrió la noche del pasado 9 de abril. Ya en la ciudad, la joven presentó una denuncia formal contra sus padres por intentar imponerle un matrimonio con un hombre casi cinco décadas mayor.
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Actualmente, la menor recibe acompañamiento legal, atención psicológica y resguardo institucional a través de la Fiscalía Especializada en Justicia para Niñas, Niños y Adolescentes.
Aunque el matrimonio infantil está prohibido en todo el país desde 2019, en comunidades con fuerte arraigo a los usos y costumbres esta práctica continúa realizándose de forma clandestina.
De acuerdo con el Código Penal Federal, imponer o inducir a menores a casarse —aun sin que medie un acta del Registro Civil— es un delito grave, castigado con penas de entre 20 y 40 años de prisión. En casos con agravantes, como cuando la víctima pertenece a pueblos indígenas o afromexicanos, la condena puede elevarse hasta 60 años, además de multas que alcanzan los 2,500 días de salario mínimo.