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México. La muerte de Hugo Carbajal Amaro en una fiesta clandestina durante el fin de semana, luego que le estrellaron una botella en la cabeza y con los vidrios de ésta le causaran heridas mortales en el cuello, ha generado gran indignación en la ciudadanía, gran movilización para exigir justicia, pero también cuestionamientos respecto al lugar en donde estaba durante el trágico hecho.
Y es que desde que se dio el homicidio fue por todos conocido que el joven de origen cubano, de 15 años de edad, estaba en un evento clandestino en el municipio de Jilotzingo, Estado de México.
Precisamente en un lugar conocido como “Jardín imperio”; el cual recibía a menores de edad para divertirse de jueves a sábado. Los organizadores de las fiestas clandestinas que ahí se realizaban pedían entre 150 a 350 pesos por entrada; y cada noche se recibían hasta 250 menores de edad.
De estos eventos se conocía por las redes sociales, y asistían sobre todo estudiantes de la Zona Esmeralda de Atizapán de Zaragoza y Naucalpan.
Medios locales detallan que este lugar se encuentra lejos de la cabecera municipal, y a donde se puede llegar únicamente por terracería. Sin duda, era un lugar perfecto para fiestas clandestinas por su lejanía.
Aunado a que el espacio -salón de fiestas- no cuenta con un número oficial ni uso de suelo, tampoco tiene permisos, ni licencias para actividades mercantiles.
Según reveló la presidenta municipal Jilotzingo, Ana Teresa Casas González, el predio pertenece a una ejidataria de nombre María Esther. Quien ponía a la renta el lugar por un costo de entre los 18 y 25 mil pesos por día, precisamente para eventos.
