Pekín.- Al menos 112 personas, entre ellas 61 mujeres, han sido
asesinadas, mientras otras 72 han resultado heridas tras los renovados
disturbios sectarios en el estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar, en los
últimos cinco días.
Durante
los disturbios, más de dos mil 300 casas fueron destruidas en varios incendios
provocados en seis municipios (Myaebon, U Mrauk, Phyu Kyauk, Minbya, Yathedaung
y Kyauktaw).
El
número de muertos tras los enfrentamientos entre organizaciones budistas locales
y los rohingyas, grupo étnico musulmán, fue recopilado a partir del mediodía
del viernes, señaló el portavoz del estado de Rakhine, Win Myaing.
Naciones
Unidas advirtió este viernes que el rebrote de violencia sectaria amenaza las
reformas que tienen lugar en el oeste de Myanmar.
Las
autoridades han impuesto el toque de queda en al menos dos ciudades y han sido
enviadas tropas de refuerzo, reportó la agencia china de noticias Xinhua.
La
oficina del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que los ataques,
las amenazas y la retórica extremista deben detenerse.
Miles
de casas han sido quemadas y los informes dicen que los rohingyas han huido a
campos ya superpoblados.
Los
miembros de este grupo étnico no son reconocidos como ciudadanos por el gobierno
de la antigua Birmania, que los describe como inmigrantes ilegales procedentes
de la vecina Bangladesh.
El
último brote de violencia llevó a las principales organizaciones islámicas de
Myanmar a cancelar las celebraciones por el feriado de cuatro días por la
festividad Eidl Azha que comienza el viernes.
La
portavoz del Departamento estadunidense de Estado, Victoria Nuland, señaló este
jueves que Washington “insta a las partes a que actúen con moderación y
pongan fin de inmediato a todos los ataques”.
El
derramamiento de sangre en Rakhine ha arrojado una sombra sobre las reformas
ampliamente elogiadas del presidente Thein Sein, incluyendo la liberación de
cientos de presos políticos y la elección de la líder opositora Aung San Suu
Kyi al parlamento.
CHG