Londres.- El uso de drogas sigue siendo una de las principales problemáticas en varias regiones del mundo, sin embargo, Europa parece tener especial preocupación por el uso del “Gas de la risa”, sustancia que parece ser cada vez más popular en los jóvenes de entre 16 y 34 años de edad.
Recientemente, médicos de un hospital en Londres informaron que los casos por uso indebido del óxido nitroso – también conocido como gas de la risa – siguen en aumento, por lo que se han visto obligados a elaborar pautas de tratamiento para compartir con sus colegas en Reino Unido.
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La peligrosa droga, que se comercializa en pequeños tubos de metal, puede provocar una deficiencia de vitaminas y causa daños en los nervios de la médula espinal, por lo que especialistas hacen un llamado para monitorear a los jóvenes y mantenerse alertas frente al posible consumo de la sustancia.
Según el equipo del Royal London Hospital, los pacientes llegan al nosocomio con síntomas vinculados a daños en los nervios, ya que no pueden caminar, se caen o experimentan un cosquilleo o pérdida de sensibilidad en los pies y las manos.
Alastair Noyce, neurólogo de la Universidad Queen Mary, en Londres, considera que el aumento de hospitalizaciones por consumo del “gas de la risa” podría estar vinculado al uso de cilindros de gas más grandes que pueden contener cerca de 60 o 70 veces más cantidad de gas que los contenedores pequeños que suelen verse tirados por el suelo en las calles o parques.
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¿Cuáles son los riesgos del óxido nitroso o “gas de la risa”?
El óxido nitroso, también conocido como gas hilarante o gas de la risa, es un gas incoloro con un olor dulce y ligeramente tóxico, con efecto anestésico y disociativo, entre sus principales riesgos se encuentran:
-Ralentiza las respuestas de cuerpo y tu cerebro.
-Demasiada cantidad puede hacer que te desmayes, pierdas la conciencia o te sofoques.
-El uso intensivo y crónico también puede causar daños en los nervios
-Inhalarlo directamente del cilindro es particularmente peligroso. El gas está helado y a alta presión, lo que puede dañar la garganta y los pulmones, detener la respiración o ralentizar el ritmo cardíaco.
-Puede también causar sensación breve pero intensa de paranoia
