?Puerto Príncipe.- El presidente haitiano René Preval apeló a la calma de la población
para evitar que lleguen el miércoles a la capital los disturbios contra
los cascos azules culpados por una epidemia de cólera, mientras las
autoridades anunciaban el primer caso del mal en Estados Unidos.
En un mensaje a la nación luego que el ministerio de Salud anunció que
el cólera mató a más de mil personas, Preval dijo que la violencia ha
perjudicado los esfuerzos para combatir la enfermedad. Advirtió que las
barricadas impedían que la gente recibiera atención médica y señaló que
los disturbios no ayudarán a frenar la epidemia.
La ONU canceló los vuelos que transportaban jabón, equipo médico y
personal a Cabo Haitiano y Puerto de la Paz por la violencia, dijo la
Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la organización.
El grupo humanitario Oxfam suspendió los proyectos de purificación de
agua con cloro y la Organización Mundial de la Salud detuvo el
entrenamiento del personal médico, dijo la Oficina. Un depósito del
Programa Mundial de Alimentos fue saqueado y quemado.
Luego que se detectara un caso de cólera en la República Dominicana, las
autoridades de Florida, en Estados Unidos, informaron el miércoles que
encontraron uno allí también.
El primer caso en territorio estadounidense vinculado al brote haitiano
era el de una mujer que había visitado a su familia en el país caribeño,
dijo el doctor Thomas Torok, del Departamento de Salud estatal.
La mujer, que no fue identificada, regresó a su hogar en el condado de
Collier y se recuperó, dijo Torok, que agregó que se investigaban otros
posibles casos. De todos modos, el departamento dijo que es poco
probable que la enfermedad se difunda, gracias a las mejores condiciones
de sanidad en Estados Unidos.
Puerto Príncipe se mantuvo en calma el martes, pero se rumoraba que las
protestas podían expandirse a la capital, devastada durante el terremoto
de enero.
El gobierno envió a funcionarios de alto rango al norte del país, con la
esperanza de calmar las protestas. El jefe de la policía nacional, el
ministro de Salud y otros miembros del gabinete se trasladaron a Cabo
Haitiano, la segunda ciudad del país, donde manifestantes construyeron
barricadas con neumáticos en llamas y otros escombros y se enfrentaron a
soldados de la ONU. Al menos dos personas murieron a balazos.
Durante un segundo día de disturbios, reporteros locales dijeron que fue
quemada una estación de policía en Cabo Haitiano y que bases de los
cascos azules fueron apedreadas.
La fuerza de paz de la ONU se encuentra en una difícil posición al
intentar calmar los disturbios. En los actos violentos parecen haberse
combinado el resentimiento que por mucho tiempo acumularon algunos
haitianos contra el cuerpo de 12 mil soldados de la ONU y la sospecha de
que la fuente de la epidemia podría haber sido una base del organismo
multinacional.
Funcionarios de la ONU niegan esa versión. La Misión de Estabilización
de la ONU en Haití expresó que ”el modo en que se desarrollaron los
acontecimientos indica que estos incidentes tuvieron motivos políticos,
por el cólera que empezó el mes pasado y ya mató a mil 34 personas ha
intensificado la miseria de este país, que aún intenta recuperarse del
terremoto. El descontento ha sido particularmente tenaz en el norte,
donde la atención médica es escasa y el número de fallecidos aumenta a
un ritmo superior al de la región central, donde se detectó primero la
enfermedad.”
Las autoridades dominicanas reportaron el primer caso de cólera en su
país el martes. El paciente, que permanecía aislado en un hospital de
Higüey, cerca de la región turística de Punta Cana, a 160 kilómetros al
este de Santo Domingo, es un inmigrante haitiano que pasó varios días en
su país y al volver cayó enfermo.
Expertos en salud han llamado a que se investigue si cascos azules
nepaleses introdujeron una variedad de cólera del sur de Asia a Haití,
donde nunca se había documentado un caso del mal hasta finales de
octubre.
El cólera se transmite por alimentos y agua contaminados con excrementos
y se puede prevenir en gran medida si la población tiene agua potable
para beber y se lava las manos con frecuencia.