Brasil.- El presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva juró este domingo 1 de enero como primer mandatario de Brasil por los próximos 4 años, lo que se traduce como su tercer liderazgo izquierdista en el país, pues anteriormente había asumido el cargo en 2003 y permaneció durante dos periodos consecutivos hasta el año 2010.
Exactamente 20 años después de acceder al poder por primera vez, Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años de edad, desfiló frente a una multitud en un Rolls Royce “Silver Wraith” de la Presidencia brasileña, en el cual estuvo acompañado por su esposa, Rosângela “Janja” da Silva y su vicepresidente, Geraldo Alkmin.
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La ceremonia se inició con un minuto de silencio en recuerdo del exfutbolista brasileño Pelé y del papa emérito Benedicto XVI, ya que ambos fallecieron esta semana. Además, cabe apuntar que, contrariamente a la tradición, su predecesor estuvo ausente, pues Jair Bolsonaro viajó el viernes pasado a Estados Unidos, dos días antes de finalizar su periodo de gobierno.
Cabe señalar que el presidente izquierdista tendrá desafíos inmediatos mayores a los que enfrentó en sus otras dos presidencias, que dejó con una inusual popularidad del 87%. Y es que, en esta oportunidad, 30 millones de los 215 millones de habitantes en Brasil pasan hambre y la economía a duras penas logra recuperarse tras el golpe de la pandemia por COVID-19.
Finalmente, Lula da Silva se impuso a Jair Bolsonaro en el balotaje del pasado 30 de octubre por 50,9% de los votos frente a 49,1%, un resultado que dio cuenta de una sociedad profundamente polarizada.
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Y ahora, aunque las calles de la capital rebosaban de simpatizantes de Lula, vestidos en su mayoría de rojo por su Partido de los Trabajadores, el funcionario tendrá el deber de reconquistar la credibilidad de todo un pueblo.