Londres.- Un crucero que transportaba a unos mil turistas tuvo que regresar de urgencia el lunes 6 de noviembre al Reino Unido, esto después de embarcarse en un viaje paradisíaco por las islas Canarias y el Atlántico Norte que se suponía duraría 2 semanas, pero que terminó convirtiéndose en una experiencia aterradora tras ser azotado por una fuerte tormenta en el Golfo de Vizcaya.
Según los reportes, el barco había partido hacia las islas Canarias el 24 de octubre con unas mil personas a bordo. Los diez primeros días del crucero transcurrieron bien, pero la travesía tuvo que ser modificada bruscamente por el temporal, ya que la tormenta que azotó la costa occidental de Francia el pasado sábado obligó al capitán a realizar un giro brusco inesperado a la nave conocida como “Spirit of Discovery”.
Te puede interesar: Cierran escuelas en 36 municipios de Francia por fuertes inundaciones
La tripulación decidió regresar al Reino Unido con la esperanza de evitar el mal tiempo, pero mientras estaban en el Golfo de Vizcaya la tormenta golpeó el barco y el sistema de seguridad de este se activó, lo que provocó que de repente se inclinara bruscamente hacia la izquierda y se detuviera por completo.
En dicha maniobra algunos de los pasajeros resultaron lesionados, por lo que el capitán decidió mantener la nave estacionaria y soportar allí la tormenta hasta que las condiciones mejoraran para regresar a Reino Unido.
Aunque la empresa calificó las heridas de los pasajeros como “leves”, no fue esa la descripción que hicieron los turistas al regresar al puerto británico de Portsmouth, ya que varios de ellos tuvieron que ser hospitalizados, e incluso uno de ellos comenta: “Decir ‘heridas leves’ es un insulto a las horribles fracturas de huesos, pelvis, laceraciones, suturas que sufrieron los pasajeros”.
Sigue más noticias como esta en nuestra sección Internacional
Jan Bendall, de 75 años, que estaba en el crucero con su marido, dijo que estaban en su cabina cuando la voz del capitán sonó por el sistema de altavoces y les dijo que “permanecieran sentados o se tumbaran al suelo”. Dijo que después de que el barco se detuviera, estuvo parado durante unas 15 horas mientras estaba “atrapado en medio de la tormenta”.