Estados Unidos.- Los avances en materia de tecnología e inteligencia artificial suponen tantos beneficios como riesgos para la población mundial en el futuro, por lo que ahora más de 160 países han decidido unirse y firmar una resolución de la Asamblea General de la ONU que busca discutir los efectos de los “robots asesinos”.
El jueves 5 de diciembre los representantes de estas naciones solicitaron negociar un tratado que prohíba el uso legal de estos robots diseñados a modo de armas, los cuales se están produciendo cada vez más debido a los avances tecnológicos.
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Antes de esto, el 2 de diciembre, 166 países votaron a favor de una resolución que aboga por la creación de un nuevo foro de la ONU para debatir los graves desafíos que suponen estas armas autónomas letales y las maneras de abordarlos. Sin embargo, en ese momento 15 países se abstuvieron de votar, mientras que Bielorrusia, Corea del Norte y Rusia se mostraron en contra.
Por su parte, la resolución de la ONU reconoce el impacto que podrían tener estos “robots asesinos” y el riesgo que suponen de una carrera armamentística emergente o el agravamiento de los conflictos y las crisis humanitarias ya existentes.
(…) consecuencias negativas y el impacto de los sistemas de armas autónomas en la seguridad global y la estabilidad regional e internacional
(…) las máquinas que tienen el poder de quitar vidas humanas son políticamente inaceptables y moralmente repugnantes y deberían estar prohibidas por el derecho internacional.
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Finalmente, la organización Human Rights Watch (HRW) explica que los llamados “robots asesinos” seleccionan y aplican la fuerza a los objetivos basándose en el procesamiento de los sensores y no en la intervención humana, es decir que toman “decisiones de vida o muerte” y determinan dónde, cuándo o contra quién se aplica una fuerza letal.