Copenhague. – Después de que la reina Margarita II de Dinamarca sorprendió a su país al anunciar su decisión de dejar el trono, la destacada figura de la Casa Real Danesa ha estado desde entonces ante la mirada de los ciudadanos que están al pendiente tanto de sus acciones como de su salud. Especialmente después de que la soberana sufrió una aparatosa caída sufrida el miércoles por la noche. Afortunadamente, las autoridades locales revelaron que Margarita fue dada de alta de un hospital, aunque con graves secuelas.
Entérate de toda la información internacional en la sección de Línea Directa
La Casa Real danesa compartió emitió un comunicado a través de redes sociales en el que detalló acerca de la condición de la madre del rey Federico X, quien fue trasladada a un hospital de la capital, Copenhague, tras caerse en el castillo de Fredensborg, situado en el noreste del país.
“El miércoles por la noche, la reina Margarita fue ingresada en el hospital tras sufrir una caída que, lamentablemente, le provocó una lesión en las vértebras del cuello y una fractura en la mano izquierda”, dice el comunicado de la realeza.
Pese a sus lesiones, la casa real indicó que la soberana está de buen humor. Sin embargo, estará en recuperación durante un largo período de recuperación, por lo que queda cancelado sus compromisos oficiales, como lo es la boda de su sobrina.
Entre las secuelas por su caída, se destaca que la exmonarca tendrá que usar un collarín, así como una escayola en la mano izquierda con motivo de la fractura.
Te podría interesar: Senado de España llama a reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela
Si bien el caso generó la preocupación de la población danesa, la casa real ha manejado la situación con hermetismo, lo que deja muchas incógnitas respecto a lo sucedido cuya última aparición pública fue el pasado lunes, cuando asistió a un evento en el Museo Karen Blixen.
Cabe mencionar que la reina abdicó el trono durante un discurso de Año Nuevo el pasado diciembre debido a su salud, convirtiéndose así en la primera monarca de Dinamarca en dejar el puesto en casi 900 años, para después entregárselo a su hijo.