?Londres.- El jefe del espionaje británico dio el jueves un discurso público por
primera vez en la historia del legendario MI6. El tema: la necesidad de
conservar el secreto.
El director del MI6 John Sawers, también conocido por el nombre clave de
”C”, dijo que aunque los secretos de la era de la Guerra Fría habían
terminado y las agencias de espionaje buscan ser más accesibles -el
Servicio Secreto de Inteligencia (SIS) no existió oficialmente sino
hasta 1992-, mantener en secreto el material de inteligencia era vital
para proteger a las personas contra crecientes amenazas terroristas.
”El secreto no es una palabrota. El secreto no está ahí como
encubrimiento”, dijo Sawers a un grupo de periodistas. ”Sin secretos
no habría servicios de inteligencia u otros activos nacionales como
nuestras fuerzas especiales. El resultado de ello sería que nuestra
nación estaría más expuesta” a los ataques.
Sawers pronunció su discurso sin precedentes tras la publicación de
cerca de 400 mil documentos de espionaje del inicio de la guerra de
Estados Unidos contra Irak, y antes de una investigación que indagará si
el MI6 y otras agencias de espionaje pudieron haber sido cómplices en
la tortura de sospechosos. Sawers negó el jueves tales acusaciones.
”Si supiéramos o creyéramos que nuestras acciones conducirán a la
tortura, el derecho británico e internacional nos exigen que evitemos
esas acciones. Y lo hacemos, aun cuando eso permita que progrese la
actividad terrorista”, afirmó Sawers, y agregó que después de los
ataques terroristas del 11 de septiembre, el MI6 no había sido acusado
de ”haber torturado, sino de estar muy cerca en nuestros esfuerzos por
mantener segura a Gran Bretaña”.
Sawers elogió la investigación gubernamental, pero esbozó la angustiosa
decisión que los espías deben tomar cuando se enfrentan con información
potencialmente manchada por el abuso.
”Imaginen que recibimos información creíble que podría salvar vidas,
aquí o en el extranjero. Tenemos un deber profesional y moral de actuar
con base en ella”, dijo. ”También tenemos el deber de hacer lo que
podamos para asegurar que un servicio aliado respetará los derechos
humanos. Eso no siempre es sencillo”.
”Si nos contenemos y no pasamos la información por la inquietud de que
un presunto terrorista podría ser maltratado, se podrían perder vidas
inocentes que pudieron haberse salvado (…). A veces no hay una ruta
clara”.