Estados Unidos. En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Departamento de Salud Pública de Alabama (ADPH) investigan posibles efectos secundarios graves asociados con la ceftriaxona, un antibiótico ampliamente utilizado para tratar infecciones bacterianas como neumonía, gonorrea y sepsis.
Aunque considerado seguro en la mayoría de los casos, recientes reportes han encendido alarmas sobre su seguridad.
En el norte de Alabama, 11 personas reportaron reacciones adversas significativas tras recibir el medicamento, comercialmente conocido como Rocephin. Los síntomas incluyeron dificultad para respirar, urticaria y descamación de la piel, compatibles con reacciones anafilácticas severas. Por precaución, algunos hospitales han suspendido su uso temporalmente.
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La ceftriaxona ha estado bajo escrutinio en otros países. En 2021, Europa y Canadá emitieron advertencias sobre el riesgo de encefalopatía y otros efectos neurotóxicos asociados con este medicamento. Asimismo, en 2019, la FDA ordenó el retiro de lotes contaminados por partículas visibles, las cuales podían causar complicaciones graves.
Aunque las reacciones graves son raras, las cefalosporinas como la ceftriaxona pueden causar alergias en un pequeño porcentaje de pacientes (0.5% a 2.5%). Autoridades sanitarias en México y la UNAM han señalado que los efectos adversos son en su mayoría leves y reversibles.
Las autoridades instan a médicos y pacientes a mantenerse informados sobre los riesgos potenciales, a reportar cualquier evento adverso y a aplicar protocolos de emergencia si es necesario.