Seúl, Corea.- Líderes mundiales de las 20 economías principales del mundo se
rehusaron a apoyar los esfuerzos de Estados Unidos para llevar a China a
una valorización de su moneda, lo que mantiene viva una disputa que
aumenta los temores de una guerra de divisas global.
Al final de la cumbre de dos días, los líderes del G20 entre ellos los
presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de China, Hu Jintao_
emitieron un comunicado recatado, que sólo señala que están de acuerdo
en evitar una ”devaluación competitiva” de sus monedas.
Esa declaración es de poco peso porque los países generalmente sólo
devalúan sus divisas en condiciones extremas como una crisis financiera
severa. La articulación ligeramente distinta de ese pedido usando las
”infravaloración competitiva”, favorecidas por Estados Unidos, hubiese
demostrado que el G tiene una posición más fuerte con respecto a la
política monetaria de China.
Washington alega que Beijing está manteniendo el yuan débil
artificialmente para ganar una ventaja comercial. Pero la posición de
Estados Unidos se ha visto menoscabada por la medida que ha tomado de
imprimir dinero para empujar el crecimiento letargado de su economía, lo
que debilita al dólar.
El resultado del comunicado también muestra la disminución de la
influencia de Estados Unidos en el escenario mundial, especialmente en
asuntos económicos.
Obama dijo en una rueda de prensa que la moneda de China es un
”irritante” no sólo para su país sino para muchos otros de sus socios
comerciales.
”China gasta una enorme cantidad de dinero interviniendo en el mercado
para mantenerlo infravalorado, entonces lo que hemos dicho es que es
importante para China” seguir un sistema basado en el mercado, señaló
Obama.
”Tenemos que entender que esto no se puede resolver de la noche a la
mañana. Pero tiene que ser atendido y tengo confianza en que así será”.
El comunicado del G20 que incluye a los países más desarrollados así
como naciones emergentes, entre ellas Argentina, México y Brasil_ evitó
usar las palabras ”infravaloración competitiva”, una referencia a la
política monetaria actual de China que funcionarios habían introducido
en un borrador de la declaración conjunta durante negociaciones previas
al encuentro.
La disputa por las divisas amenaza con resucitar políticas
proteccionistas negativas como las que empeoraron la Gran Depresión de
la década de los 30.
El mayor temor es que la barreras comerciales enviarán a la economía
mundial de regreso a la recesión. Muchos consideran que una ley aprobada
por Estados Unidos en 1930 aumentando las tarifas sobre las
importaciones profundizó la Gran Depresión, al obstaculizar el
intercambio comercial.
Por su parte, Brasil y Argentina se mostraron positivos con la
declaración final de la cumbre. El ministro brasileño de Hacienda Guido
Mantega dijo que el comunicado del G era ”inédito” al permitir la toma
de medidas macropudenciales.
”Fue acordado que los países emergentes que puedan sufrir impacto por
flujo de capitales puedan tomar medidas macroprudenciales”, dijo
Mantega en conferencia de prensa. ”Es inédito que podamos controlar los
capitales excesivos, absolutamente inédito. Ya estamos aplicando
medidas macroprudenciales, pero (este documento) es un reconocimiento a
la necesidad, ya no se considera una violación” ante la comunidad
internacional.
Asimismo, el canciller argentino Héctor Timerman expresó satisfacción.
”Me voy satisfecho porque los temas importantes para Argentina, como la
reforma financiera y que no se le dé más valor al capital financiero
que al capital productivo, esos temas van surgiendo y eso será en
beneficio de todas las economías”, dijo Timerman a reporteros al
culminar la cumbre de dos días.
Es poco probable que la declaración del viernes resuelva los principales
problemas que enfrentan los integrantes del G: cómo reparar una
economía global que por mucho tiempo se ha nutrido de un déficit
comercial enorme de Estados Unidos con China, Japón y Alemania.
Sin embargo, los líderes se comprometieron a combatir el proteccionismo.
”Al reconocer la importancia del libre comercio y la inversión para la
recuperación global, estamos comprometidos con la preservación de
mercados abiertos y la liberalización del comercio y la inversión”,
indicó el comunicado conjunto.
Los dirigentes del G también señalaron que buscarán políticas que
reduzcan los desequilibrios entre naciones que tienen grandes superávit
comerciales y las que tienen déficit.
Los ”grandes desbalances que persisten” en cuentas corrientes _un
medida general del comercio e inversión de una nación con el resto del
mundo_ serán medidos por lo que describieron como ”guías indicativas”
que se determinarán más adelante.
Los líderes hicieron un llamado para que esas guías sean desarrolladas
por el bloque con la ayuda del Fondo Monetario Internacional y otras
instituciones financieras globales.
”No tenemos un acuerdo sobre los criterios, pero estamos de acuerdo en
que deben haber criterios”, señaló el presidente francés Nicolas
Sarkozy, quien será el anfitrión de la próxima cumbre del G en noviembre
del 2011 en Cannes.