Yemen.- La noche del jueves 17 de abril Estados Unidos perpetró un bombardeo sobre el puerto petrolero de Ras Issa, en la provincia yemení de Al Hudeida, en el mar Rojo, el cual hasta el momento deja una cifra de 74 personas fallecidas y casi 200 heridas.
El Comando Central de Estados Unidos (Centcom), a través de un comunicado, se adjudicó el ataque y confirmó que destruyó la terminal petrolera de Ras Issa, controlado por los insurgentes, a quienes acusan de beneficiarse económica y militarmente de estas instalaciones para vender combustible y financiar sus operaciones:
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Las ganancias de estas ventas ilegales financian y sostienen directamente las actividades terroristas de los hutíes (…) las fuerzas estadunidenses tomaron medidas para eliminar esta fuente de combustible y privarlos de ingresos ilegales que han financiado sus esfuerzos para aterrorizar a toda la región durante más de diez años.
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Los hutíes, por su parte, acusaron a Estados Unidos de incurrir en un “crimen de guerra” por el bombardeo al puerto de Ras Issa, confirmando un total de 74 víctimas fatales y 171 heridos, aunque la cifra todavía podría aumentar:
El número de muertos por el ataque estadounidense a las instalaciones de Ras Issa ha aumentado a 74 mártires y 171 heridos, según un balance preliminar. Los equipos de rescate de ambulancias y de protección civil continúan identificando personas desaparecidas y buscando víctimas.
(…) Esta agresión completamente injustificada representa una flagrante violación de la soberanía y la independencia del Yemen y un ataque directo a todo el pueblo yemení.
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De acuerdo con los hutíes, el bombardeo estadounidense en realidad tuvo como objetivo una “instalación civil vital que ha servido al pueblo yemení durante décadas, con el fin de impedirle recibir suministros esenciales y castigarlo por su postura justa y equitativa en apoyo del oprimido pueblo palestino”.
