China. Autoridades locales abrieron una carpeta de investigación en contra de los responsables que pintaron de rosa un antiguo templo proclamado como patrimonio de la humanidad. Se trata de dos edificaciones que se encuentran a dos mil metros de altitud sobre la montaña Fanjing en la provincia china de Guizhou.
El incidente provocó un enorme escándalo luego de que se diera a conocer que cinco empleados que cuidan la reserva nacional fueron los responsables de vandalizar el templo pintándolo de color rosa cuando en su origen, lucía color gris.
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Las dos edificaciones dañadas tienen una antigüedad de 500 años y son consideradas como una de las maravillas de la provincia de Guizhou, donde también se destaca por su geología, flora y fauna.
Medios locales señalaron que de acuerdo con un reglamento sobre las medidas de gestión y protección de tales bienes (publicado por el Gobierno chino en 2015) “la autenticidad y la integridad del patrimonio mundial deben ser estrictamente protegidas y no pueden ser cambiadas o destruidas a voluntad”.
Por lo anterior, autoridades chinas enviaron a un equipo de expertos para restaurar las instalaciones y devolverles su aspecto original “lo antes posible”.
El simple hecho de cambiar el color del antiguo templo, provocó una condena pública después que un video con vistas del paisaje y los dos templos rosas se difundiera en redes sociales.